Tapachula, Chiapas, siempre ha sido un destino de paso para los migrantes que van a Estados Unidos. Pero en los últimos meses, los centroamericanos que llegan a esta ciudad empiezan a cambiar de idea. Ahora buscan el sueño mexicano.
Desde las 7 de la mañana esperan a que abra la oficina de la comisión mexicana de ayuda a refugiados, para pedir asilo, ya que muchos vienen huyendo de la violencia en sus países.
«Hemos notado, de un tiempo para acá, que realmente ya no se busca el sueño americano, el migrante ya no está buscando el sueño americano. Ya nada más está queriendo un lugar donde puedan sentirse seguros», dijo Jorge Benet, coordinador de servicios en el Albergue Belén de Tapachula, Chiapas.
«Vine a México porque no tuve otra salida. Acá en México hay muchas posibilidades también que nosotros nos quedemos, pero también corremos riesgo porque si nos agarra migración nos mandan para El Salvador», refirió Sandra, migrante centroamericana.
Sandra salió de su país por amenazas de muerte. Quería llegar a Estados Unidos para sentirse segura pero los peligros de recorrer México para llegar a la frontera norte la han hecho solicitar asilo político. Viaja con sus dos hijos de 5 y 7 años.
Wendy y Ernesto son oriundos de El Salvador.
Al igual que otros migrantes centroamericanos pasan el tiempo en la estación de tren de Huixtla, municipio ubicado a una hora de Tapachula.
Wendy salió hace un mes de su país, pretendía llegar a la frontera norte a través de La Bestia, pero se lastimó el pie al bajar del tren por lo que detuvo su camino.
Dice que los días que ha estado en México la han hecho cambiar de idea.
«Quería pedir ayuda para ver si me dan papeles para seguir, porque no puedo subirme en el tren así como estoy. Con Donald Trump de presidente, la verdad ya no quiero llegar. Estoy pensando alquilar una casa aquí para trabajar», dijo Wendy, migrante salvadoreña.
Ernesto es el encargado de preparar la comida en el improvisado refugio a orillas de la vía del tren.
Desea quedarse a trabajar en México. Le teme al muro y la política anti migrante del próximo presidente de Estados Unidos.
«Quiero radicar en México, estoy pensando eso, porque aquí hay más oportunidades, incluso nos están ayudando con visas humanitarias. La oportunidad de refugiarnos. Las fronteras son la mismas pero las leyes que él va poner esas son las que a él no se le tiene miedo porque es un ser humano, las leyes que pueda aplicar son las que tal vez van a ser más crueles para el migrante», dijo Ernesto, migrante de El Salvador.
Pero a diferencia de los centroamericanos, los migrantes africanos y cubanos que transitan de noche y de día por las calles de Tapachula, siguen con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
El coordinador de servicios del Albergue Belén, explica que en las reuniones con cónsules y personal de migración han concluido que prevén un aumento de migrantes africanos en la frontera sur apurando el paso previo a que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos.
«Estamos preocupados porque de alguna manera sabemos que vienen en camino una gran cantidad de africanos y esperamos alguna respuesta de centroamericanos, pero realmente más que nada, ahorita, es la de los africanos. Pero pienso que es para el puro paso y tenemos que esperar a ver que decide, que es lo que Donald Trump decida», concluyó Jorge Benet, coordinador de servicios del Albergue Belén.
Una decisión que poco a poco empieza a cambiar de destino: el sueño americano se está convirtiendo en el sueño mexicano.
Fuente: Noticieros Televisa