Ventana

Maldito karma

Publicado por
José Cárdenas

Raúl Cervantes volverá a mojar las ganas en el café. El Procurador General de la República, designado hace un mes, no será el primer Fiscal General del país.

Tal y como ocurrió con su frustrada postulación a la Suprema Corte de Justicia, las ansias del abogado por trascender el sexenio peñista fueron demolidas por críticas opositoras… y el griterío de la sociedad civil.

A Cervantes Andrade no lo mata su capacidad leguleya, ni su vasta experiencia cuestionable. Lo hunde su militancia priista a prueba de balas, su cercanía con el Presidente de la República y el Consejero Jurídico de Los Pinos, Humberto Castillejos, poderoso pariente.

La facilidad con que el Senado aprobó el nombramiento de Cervantes por consenso, fast track, sin discusión previa, fue una ilusión de apoyo a la posibilidad de que el nuevo titular de la PGR encabezara la transición y se convirtiera, por nueve años, en Fiscal General de la Republica.

Tras largas semanas de golpeteos, Enrique Peña envió al Congreso una iniciativa de reforma al artículo XVI transitorio del 102 constitucional, aprobado mayoritariamente, en febrero de 2014, por las distintas fuerzas políticas del Poder Legislativo.

Ahora, el Presidente propone que el último Procurador no necesariamente asuma, en automático, el control de la institución que dará pie al nuevo sistema de justicia penal acusatorio, en todo el país, una vez aprobada la Ley Orgánica correspondiente… y para evitar que los bloques de oposición al PRI sospechen que Peña pretende blindar su administración, ¿por aquello de las venganzas políticas?

La batalla se avecina. A la par de la propuesta presidencial, serán discutidas otras iniciativas del PAN y del PRD. Los “azules”, quieren un fiscal sin lazo alguno con cualquier partido político. Los “amarillos”, pretenden empoderar al Senado al brindarle la facultad de designar a todos los fiscales del país.

El acuerdo parece concreto, pero en realidad resulta abstracto. Buscar a un Fiscal con plena independencia parece imposible cuando están de por medio precisamente los partidos.

Experiencias como la integración del Instituto Nacional Electoral, la designación de integrantes de la Corte y hasta la Medalla Belisario Domínguez, muestran que la dinámica de cuotas y el reparto con base en intereses de grupo, es un mal pandémico, prácticamente imposible de erradicar.

¿La designación de quién a partir de 2018 será el primer Fiscal General de la nación podrá cruzar el pantano de la grilla sin manchar su plumaje?

EL MONJE ESTATAL: Oaxaca y Veracruz mañana cambian gobernador. La dinastía Murat vuelve por sus fueros a un estado golpeado por pobreza, corrupción y abuso. Gabino Cué deja a Oaxaca endeudada y en estado de desastre, muy parecido a como lo recibió hace seis años. El joven gobernador, Alejandro Murat, deberá lidiar con ancianos problemas sin resolver; la CNTE disidente ya prepara protestas y bloqueos de “bienvenida”. Y en Veracruz, llegó la hora de Miguel Ángel Yunes, dizque para “cimbrar” al país. Tendrá un par de años fugaces para levantar el tiradero heredado por el prófugo Javier Duarte y pandilleros compinches, reestructurar deudas, saldar cuentas pendientes con burócratas y particulares… y si queda tiempo, poder gobernar a “ratitos”, sin “ratitas”.

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José Cárdenas

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