La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha reclamado a las economías con margen fiscal que aprovechen el entorno de bajos tipos para generar déficits públicos con los que invertir más y salir de la trampa de bajos crecimientos. Según los cálculos presentados por el organismo, uno de cada tres países podría embarcarse en un estímulo fiscal del 0,5% del PIB durante 3 ó 4 años de media que aumentaría el crecimiento entre un 0,4% y un 0,6%.
De hacerse de forma efectiva, este impulso fiscal no tendría efecto en la sostenibilidad a medio plazo de la deuda al subir el denominador de la deuda sobre PIB. Sin embargo, permitiría sacar del desempleo de larga duración a muchos trabajadores. Además, estos estímulos han de combinarse con reformas del marco regulatorio y de los sistemas fiscales, sanitarios y de prestaciones para aumentar todavía más el margen fiscal y el crecimiento.
Después de cinco años de austeridad, la institución presidida por Angel Gurría ha dado un giro de 180 grados a sus recomendaciones y pide que países como Reino Unido, Alemania, Francia, Bélgica o Rusia inviertan más para elevar su capacidad de crecimiento. «La caída del crecimiento potencial podría hacer que en el futuro los gobiernos no sean capaces de cumplir con sus promesas de gasto», ha advertido la economista jefe del club de los países más ricos del mundo, Catharine Mann. De esta forma, la OCDE se apunta a las tesis del exsecretario del Tesoro estadounidense Larry Summers, quien lleva tiempo animando a los gobiernos a aprovechar los bajos tipos para endeudarse e invertir.
La idea se resume en que el crecimiento está siendo muy bajo por la falta de inversión y la ausencia de formación entre los trabajadores parados. Pero con unos tipos muy bajos compensa endeudarse porque los retornos serían mayores y engordarían la capacidad de crecimiento. «La ventana de oportunidad de los tipos bajos no va a estar siempre ahí. Y esa política monetaria están brindando margen fiscal, acceso a mercado y sostenibilidad de la deuda», argumentó Catherine Mann.
La OCDE ha avalado el plan de inversiones y recortes de impuestos de Trump sosteniendo que elevará el crecimiento en 0,4 puntos en 2017 y en 0,8 puntos en 2018. Según el organismo, el estímulo fiscal podría corregir la marcada caída de la inversión de años anteriores, mejorar la formación y recolocación de parados, dedicarse al cuidado de niños o facilitar el paso a una economía más sostenible medioambientalmente, apunta el organismo. Y añade que la reforma fiscal incluso podría reforzar la eficiencia bajando los tipos medios pero tapando agujeros por los que se escapa recaudación.
Fuente: El País