La temporada de huracanes del Atlántico que concluye hoy será recordada como la más activa desde el 2012 y por huracanes como Matthew que resultó ser el más mortífero a su paso por el Mar Caribe y el sureste de Estados Unidos.
La temporada produjo 15 tormentas con nombre, siete de las cuales se convirtieron en huracanes. Tres de ellos mayores o superiores a categoría tres en la escala Saffir-Simpson de cinco niveles.
En el 2012 se registraron 19 tormentas, incluidos 10 huracanes con dos de categoría mayor.
El peor ciclón de la temporada sin duda fue Matthew, que alcanzó la categoría cinco en la escala Saffir-Simpson y a principios de octubre dejó al menos 546 muertos en Haití, cuatro en República Dominicana y 45 más en las Carolinas, Georgia, y Florida.
La temporada no sólo terminó con un inesperado y fuerte huracán Otto a finales de noviembre del cual todavía se recuperan Nicaragua y Costa Rica, sino que comenzó temprano con el desarrollo del huracán Alex a mediados de enero. El primer huracán en medio siglo en esa época.
Esto ha reavivado el debate entre los meteorólogos sobre si la temporada, que abarca oficialmente entre el 1 de junio y el 30 de noviembre, se ha ido alargando con el tiempo y si es correcto seguir marcándola en ese lapso.
Ryan Truchelut, meteorólogo fundador de WeatherTiger, una compañía de consultoría meteorológica, realizó un análisis que muestra que la temporada de huracanes se ha alargado cada vez más desde 1979, exigiendo permanecer vigilantes durante períodos aún más largos.
Por ejemplo, la tormenta tropical Ana es la más temprana de la historia en tocar tierra en Estados Unidos en mayo del 2015 en las Carolinas y la tormenta tropical Beryl que azotó Jacksonville, Florida, en mayo del 2012.
Gary Bell de la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOOA, por sus siglas en inglés), atribuyó la activa temporada a condiciones climatológicas favorables.
Temperaturas oceánicas más altas de lo normal, un fenómeno de El Niño neutral en el Pacífico y una cresta de alta presión que se mantuvo muy por encima del Atlántico occidental que no hacía contrapeso a los vientos del este, se conjugaron para que muchos huracanes sobrevivieran tras salir de África Occidental, dijo Bell.
México y el Caribe fueron especialmente afectados por las tormentas atlánticas.
La tormenta tropical Danielle tocó tierra en Tuxpan, Veracruz, el 20 de junio, y luego la tormenta tropical Earl a principios de agosto provocó unos 40 muertos a su paso por Puebla y Veracruz debido a deslizamientos de tierra.
Fuente: Crónica