«Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento, será para este pueblo y especialmente para ti». Con esas palabras despidió Ernesto Che Guevara a Fidel Castro cuando partió hacia Bolivia, en la carta que el líder cubano leyó en público el 3 de octubre de 1965, en La Habana.
La frase escrita por el argentino es tan sólo un botón de muestra de la estrecha relación que ambos personajes históricos tuvieron a lo largo de una década.
Castro y Guevara se conocieron el 7 de julio de 1955 en México, cuando Raúl Castro le presentó el argentino a su hermano mayor, que había sido amnistiado en Cuba tras ser condenado por haber dirigido el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
Dos semanas después, Castro le ofreció al Che unirse al Movimiento 26 de Julio como médico. Al poco tiempo, el argentino ya estaba entrenando con el resto del grupo de revolucionarios que pretendía desembarcar en la isla para derrocar a Fulgencio Batista.
En junio del año siguiente, los hermanos Castro, Guevara y la mayor parte del grupo del grupo fueron arrestados por la policía mexicana. Los interrogaron y allí el argentino declaró abiertamente ser «comunista», lo que demoró su liberación.
«A todos los expedicionarios detenidos los liberaron por gestiones que hizo el presidente de México, Lázaro Cárdenas, menos al argentino. Quedó detenido allí junto con Fidel. «Vete, que yo busco la manera de llegar a Cuba», le dijo, pero allí Fidel da la primera muestra de amistad y reconocimiento. Le puso la mano en el hombro y le dijo: «Yo no te dejo». Y puso en peligro la salida de la expedición, pero no dejó al argentino», contó a LA NACIÓN Arístides Rondón Velázquez, profesor jubilado de Historia de Cuba en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Félix Varela.
«¿Qué dejó el Che Guevara? Son muchos los recuerdos que nos dejó, imborrables, y por eso digo que es uno de los hombres más nobles, más extraordinarios y más desinteresados que he conocido, lo cual no tendría millones, millones y millones en las masas. Los hombres que se destacan de manera singular no podrían hacer nada si muchos millones, iguales que él, no tuvieran el embrión o no tuvieran la capacidad de adquirir esas cualidades. Por eso nuestra Revolución se interesó tanto por luchar contra el analfabetismo y por desarrollar la educación, para que todos sean como el Che», concluyó.
Fuente: La Nación
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