El marketing político ya no es lo que era. La pieza que hacía falta llegó con el triunfo de Donald Trump, quien le dio un duro revés a la corrección política. Un par de años atrás en México el binomio Jaime Rodríguez el Bronco-Guillermo Rentería se anticipó con el triunfo en Nuevo León.
El marketing político es un elemento básico de las campañas, no hay candidato que no recurra a los consultores, algunos muy profesionales y otros verdaderos fraudes, vendedores de artificios que nunca asumen la derrota, si su candidato gana, asumen el triunfo como propio, si pierde, le sobran los pretextos. Hay de todo, nacionales y extranjeros.
El viernes pasado en Quito, Ecuador, durante la clausura de la X Cumbre Mundial de Comunicación Política, Rentería expuso los detalles de su propuesta, políticamente incorrecta, dice él, a su particular forma de producir piezas de comunicación, agregó a la nueva vocera del gobierno del Bronco, Natalia López, una niña de origen nahua. Es frecuente que los gobiernos se apoyen en una figura para sus campañas publicitarias, por ahí pasaron Angélica Rivera y Lucero, en tiempos de Peña Nieto en el Estado de México. En Nuevo León se fueron por la inocencia para tratar temas tan duros como la corrupción.
A principios del 2014 el Bronco y Guillermo Rentería irrumpieron en el escenario con una propuesta ajena a los partidos políticos, por entonces nadie creía que el exalcalde de García ganaría. ¿Cómo crees que el gobierno va ceder un estado de esa importancia? Decían unos y otros; pues sí, al final ganó el Bronco.
La pareja construyó una campaña políticamente incorrecta que al cabo de los meses ha penetrado en la mercadotecnia política.
Ninguno de los dos es improvisado. El Bronco con 30 años en las filas campesinas del PRI, después de su paso por García se adentró en la mercadotecnia política, coincidió con Guillermo Rentería, quien hizo su primera incursión en la materia por allá por 1988, en el equipo de comunicación del panista Ernesto Ruffo en Baja California; a partir de entonces fue desarrollando una forma de hacer el marketing político ajeno a las formas convencionales.
Hace ocho años los candidatos pedían campañas tipo Obama; tras Nuevo León, la moda es la campaña tipo el Bronco. El problema es que no es fácil que coincidan plenamente candidato y estratega en una propuesta que rompa casi todas las formas de la corrección y la ortodoxia.
La prueba de fuego en México será la elección del 2018. Aún no es seguro que Jaime Rodríguez vaya a contender, pero de acuerdo con lo que se asoma, es muy probable que el binomio Bronco-Rentería ponga a prueba las demás estrategias. Lo cierto es que Trump también sacudió al marketing político.
El secretario de Educación, Aurelio Nuño, logró en pocos días lo que en Los Pinos no han conseguido en dos años: revertir una situación adversa. A la exhibida que le dio la niña Andrea Lomelí, “se pronuncia leer y no ler”, reaccionó aceptando su error. No mandó que la corrieran de la escuela; al contrario, admitió su desliz y en actos posteriores bromeó sobre el incidente. Una reacción que no suele observarse en la Presidencia. ¿Será que Nuño hace falta en la intimidad de la casa presidencial?