En dos elecciones de las cuatro que se han celebrado en Estados Unidos en lo que va de este siglo se han producido situaciones que, creemos, podrían repetirse esta noche (…o esta madrugada). Se trata de lo que sucedió en los comicios de 2012 y de 2000, y vamos analizar esos escenarios para mentalizarnos sobre lo que podría ocurrir hoy.
ELECCIONES DE 2012. Celebradas el 6 de noviembre de hace cuatro años, las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2012 presentaban la batalla entre el demócrata Barack Obama, que aspiraba a la reelección y el republicano Mitt Romney.
A pesar de la alta popularidad de Obama, y de que sólo tres presidentes en toda la historia reciente de Estados Unidos han perdido su reelección (Gerald Ford en 1976, Jimmy Carter en 1980 y George Bush en 1992), las encuestas proyectaban un resultado ajustadísimo.
De hecho, dos sondeos concedían la victoria a Romney (Rasmussen y Gallup) en sus últimas ediciones, y otros tres aseguraban que habría un empate técnico (Politico/GWU, CNN y Monmouth/Braun).
En el agregado de entonces de Real Clear Politics, las encuestas, en el día de las elecciones daban a Obama una ventaja de apenas 0.7 puntos porcentuales.
Sin embargo, el resultado final fue demoledor: Obama venció con 3.9 puntos de diferencia (51.1 a 47.2), y arrasó en los votos electorales, 332 a 206.
Las encuestas, incluso las que daban ganador a Obama subestimaron enormemente el voto demócrata, algo que, a juzgar por la estrechez del margen que muchas encuestan proyectan para los comicios de hoy, podría repetirse. Especialmente en Nevada, donde los sondeos muestran un empate técnico mientras que en el voto anticipado –que en el estado acostumbra a representar aproximadamente el 70 por ciento del total de votos- Clinton va muy por delante.
ELECCIONES DE 2000. Celebradas el 7 de noviembre de hace dieciséis años, las elecciones presidenciales de 2000 las disputaban dos nuevos candidatos: Por un lado, George W. Bush, hijo del entonces último presidente republicano, y por otro Al Gore, que pretendía suceder a su compañero demócrata Bill Clinton.
Se trata seguramente de los comicios más famosos de la historia política más reciente de Estados Unidos: A pesar de que Gore venció a Bush en el voto popular por 0.5 puntos porcentuales, el republicano se impuso al demócrata en el conteo de votos electorales, por 271 a 266.
La razón fue Florida, que cobró un protagonismo nunca visto hasta entonces. Luego de una larga noche de recuento, con los primeros rayos de sol del día, el resultado final dio a Bush ganador por 300 votos. Esto, con los 25 votos electorales del estado, daba la presidencia a Bush.
Gore pidió un recuento que estaba contemplado en la ley, y que finalizó, semanas después, con una ventaja de 500 votos para el republicano.
Expertos como el portal FiveThirtyEight, especializado en estadística y probabilística, no descartan que Clinton gane el voto popular pero pueda perder en el electoral, como ocurrió entonces. Y aunque se considera una realidad improbable, con una proyección de probabilidad por debajo del 10 por ciento, según el portal, ya sucedió una vez cuando tampoco nadie lo esperaba.
LAS OTRAS VOTACIONES
SENADO
Además de elegir presidente, hoy se elige a los 436 miembros de la Cámara de Representantes y a 34 de los 100 componentes del Senado. En el primer caso, se espera una amplia victoria de los republicanos, de modo que la atención se centra en la cámara alta.
En el Senado, los republicanos controlan actualmente 54 sillas, por 46 de los demócratas (44 más 2 independientes a su favor). Y de los 34 asientos en juego, 24 corresponden a sillas de republicanos, y sólo 10 son de demócratas.
Esto significa que aquí los progresistas sí tienen una clara opción de ganar a los conservadores la mayoría. Para lograrlo, deberían asegurar sus 10 asientos y arrebatar al menos 5 de los 24 que se juega el partido del elefante. Esto daría a los demócratas un total de 51 asientos y dejaría a los republicanos con 49.
GOBERNADORES
Por otra parte, hoy también se eligen nuevos gobernadores en 12 estados, además de los territorios asociados de Puerto Rico y Samoa Americana.
Concretamente, se trata de Delaware, Indiana, Misuri, Montana, Nuevo Hampshire, Carolina del Norte, Dakota del Norte, Oregon, Utah, Vermont, Washington y Virginia Occidental.
Delaware, Montana, Oregon y Washington son demócratas y todo indica que los progresistas revalidarán su victoria. Misuri, Nuevo Hampshire, Vermont y Virginia Occidental son demócratas, pero las encuestas muestran un empate técnico.
Dakota del Norte y Utah son republicanos y todo apunta a que los conservadores conservarán sus mandatos. Finalmente, Carolina del Norte e Indiana son republicanos pero las encuestas muestran un resultado incierto.
En el caso de Indiana, el actual gobernador es Mike Pence, que se retira para postularse como vice presidente en la candidatura de Donald Trump.
MARIGUANA Y PENA DE MUERTE
California, Arizona, Massachusetts, Nevada y Maine votarán la legalización (o no) de la mariguana, una propuesta muy controvertida teniendo en cuenta que los dos primeros comparten frontera con México.
La mariguana ya es legal en Oregon, Washington, Alaska y Colorado, además de en el Distrito de Columbia, y en las elecciones de hoy los ciudadanos también decidirán sobre su uso medicinal en Florida, Arkansas, Montana y Dakota del Norte.
California también es protagonista junto a Nebraska de otra de las consultas más polémicas: acabar con la pena de muerte. Los dos estados podrían unirse así a la lista de 19, de los 50 que componen la unión, en los que ya está abolida.
Los californianos votarán dos propuestas antagónicas de las que prevalecerá la que más apoyo obtenga, una llama a abolir la pena capital y la otra a acelerar las ejecuciones.
Fuente: Crónica