El grupo disidente Damas de Blanco suspendió por primera vez desde su creación en 2003, su habitual protesta de los domingos frente a una iglesia católica de La Habana, Cuba, tras la muerte del líder revolucionario, Fidel Castro, sucedida el viernes pasado por la noche.
Esta rara muestra de disidencia tolerada por el régimen, surgió en 2003 para exigir que se respeten los derechos humanos de los presos políticos en la isla.
“Respetamos el dolor ajeno y no nos alegramos de la muerte de ningún ser humano”, aseguró la líder del grupo Berta Soler, de acurdo con información de la agencia británica Reuters.
“No vamos a salir hoy para que el gobierno no lo tome como una provocación y puedan rendir honores a su fallecido”, agregó Soler.
Fuente: La Razón