Este administración va tumbo tras tumbo y es en la SCT donde no paran los excesos.
Contra todos y a favor de unos cuantos. La síntesis de la actitud de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes son los camiones de doble remolque que cobran más de 1,000 vidas cada año, dañan la infraestructura, pagan menos impuestos y generan menos empleos.
El secretario Gerardo Ruiz Esparza elige, como es su costumbre, a los empresarios: “Si dejan de entrar estos camiones a la capital, tendríamos un enorme desabasto de mercancías y productos, que sería un problema tal vez mayor”.
Este gobierno se acabó cuando se canceló el tren a Querétaro, al mismo tiempo que se descubrió la Casa Blanca. A partir de entonces van tumbo tras tumbo y es en la SCT donde no paran los excesos.
Así sucedió con la compra y entrega de televisores para la transición al sistema digital, recientemente The Wall Street Journal difundió un reportaje (http://www.wsj.com/articles/mexicos-tv-giveaway-spawns-questions-1475103213) que detalla la red de corrupción. Según WSJ el moche solicitado fue de entre 12 y 18 dólares por televisor.
A tiempo se les advirtió que subsidiar televisores era costoso e inadecuado, que en todo el mundo la solución fueron los decodificadores, no les gustó, prefirieron gastar más.
Habrá que añadir la vinculación con contratistas y constructores en obras como el aeropuerto de la Ciudad de México; la incompetencia para resolver el conflicto del aeropuerto de Guadalajara, la mencionada suspensión del tren México-Querétaro, con el costo por la indemnización y el impacto en inversiones que fueron desalentadas. (http://eleconomista.com.mx/tren-mexico-queretaro?page=1)
La joya más reciente fue la solución al aterrizaje de un helicóptero en un arrecife protegido de Yucatán, en el que viajaban un empresario, el senador Emilio Gamboa y el coordinador general de puertos y marina mercante, Guillermo Ruiz de Teresa. El único sancionado fue ¡el piloto!
Para los CDR el gobierno aplicó un paño caliente, la firma de un acuerdo entre gobernación y SCT, otra vez, pura simulación y carta abierta para que los policías hagan su agosto.
Se sabe que los CDR son tres veces más peligrosos que uno sencillo, circulan por el país más de medio millón y que no están autorizados en Estados Unidos ni Canadá, que tienen mejor infraestructura carretera.
Llama la atención que en medio están empresas que se dicen socialmente responsables, pero protegen con uñas y dientes los doble remolque.
Tampoco ha servido la unanimidad de los partidos políticos, menos el PRI y su aliado el Verde, para prohibir los doble remolque; salvo que se trate de pura simulación. Mientras tanto sigue subiendo el número de muertos, lesionados y accidentes a causa de los CDR. ¿Habrá que esperar hasta el próximo gobierno?, es decir, ¿ por lo menos 2,000 muertos más?
Lástima, un gobierno que empezó prometedor, con acciones brillantes como el pacto y las reformas, se ha desdibujado hasta la ignominia, a causa, sobre todo, de la corrupción. Sobran los analistas que claman, quedan dos años, aún hay tiempo. No entienden, ni les importa. Ya bajaron la cortina.