Dirigentes de algunos los principales partidos de la alianza opositora venezolana Mesa de la Unidad Democrática (MUD), llegaron hoy a la mesa de diálogo en Caracas convocada por el Vaticano y la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
A la reunión acudieron líderes de los principales partidos de la alianza, con excepción del partido del opositor preso Leopoldo López, Voluntad Popular.
El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y los opositores se reúnen ante facilitadores extranjeros.
Los adversarios del líder socialista temen que se trate de una reunión táctica para ganar tiempo, en medio de la profunda crisis política y económica del país.
La cita se produce justo cuando la coalición opositora intensificó las protestas de calle luego que las autoridades suspendieron hasta nuevo aviso el proceso para convocar un referendo en contra de Maduro este año.
Los opositores responsabilizan al Presidente por la recesión económica y por la inflación que se vive en la nación OPEP -la más alta del mundo-, cuyos ingresos se han visto afectados por la baja de los precios del crudo.
Maduro culpa a empresarios y partidos opositores de promover una guerra económica para desestabilizar su Gobierno y desconoce al Parlamento opositor, una decisión que respalda el máximo tribunal del país acusando a los legisladores de «desacato».
El secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, anunció hoy en su blog que su bloque acudiría a la reunión para solicitar una «solución electoral» y que se respete al Parlamento, entre otras peticiones que presentarán ante los facilitadores de estas conversaciones.
Un enviado del Vaticano, los representantes del bloque regional Unasur, y tres ex Jefes de Estado de España, Panamá y República Dominicana promueven el acercamiento.
«De esa reunión podrían salir importantes conclusiones que permitan desescalar el conflicto», apuntó Torrealba.
Pero otros líderes opositores se mostraban reacios a iniciar un diálogo con el Gobierno, argumentando que Maduro se ha convertido en un dictador y sólo intenta promover conversaciones para atrincherarse.
«(El encuentro) se produce en un marco de escepticismo y desconfianza», agregó Torrealba.
La Canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, excusó al Presidente de asistir a la cumbre Iberoamericana en Colombia el sábado, por la reunión del domingo.
La oposición convocó a sus seguidores a marchar la próxima semana hacia el Palacio de Miraflores, para presionar por el referendo que revoque a Maduro, en una secuencia de eventos que recuerdan un efímero golpe contra el antecesor del Presidente, el fallecido Hugo Chávez, en 2002.
Los representantes de la Iglesia católica en el país difundieron el domingo un comunicado solicitando a los dos bandos ser coherentes y respetar el compromiso de iniciar conversaciones para tender puentes y evitar la violencia.
Fuente: Reforma