En la cumbre participaron diez presidentes, el rey Felipe VI de España, tres vicepresidentes, dos primeros ministros, seis cancilleres y siete ministros de la Juventud.
La incertidumbre generada por la presencia o no del presidente venezolano Nicolás Maduro marcó el sábado la 25ta Cumbre Iberoamericana, en la que Colombia recibió el respaldo en los esfuerzos por salvar el acuerdo de paz con la guerrilla.
En la víspera abundaron reportes de los medios en Cartagena que Maduro finalmente vendría a la cumbre a defenderse de los cuestionamientos por la crisis política en su país, y la prensa se desplazó masivamente temprano en la jornada hasta el aeropuerto para esperar infructuosamente su llegada.
La expectativa del viaje de Maduro pareció ser de mayor interés que las intervenciones de los 11 líderes que asistieron a la cita, entre ellos el rey de España Felipe VI, los presidentes de Perú, Pedro Pablo Kuczynski; de México, Enrique Peña Nieto; de Chile, Michelle Bachelet; Jimmy Morales de Guatemala; Juan Carlos Varela de Panamá, y el anfitrión Juan Manuel Santos, entre otros.
Kuczynski, cuyos cuestionamientos y llamados para que se tomen decisiones diplomáticas contra el gobierno de Maduro, atrajo buena parte de la atención ante la posibilidad de un intercambio verbal si asistía el gobernante venezolano.
Después de todo, el mentor de Maduro -Hugo Chávez- no se cansó en el pasado de estas cumbres a defender su causa socialista y hasta recibió un llamado del rey español Juan Carlos para que se callara la boca.
Kuczynski aprovechó su intervención para pedir a los líderes iberoamericanos que no se desatiendan de la crisis política y de derechos humanos en Venezuela.
«Es muy difícil tener una reunión como ésta sin hablar de esos temas», manifestó en la sesión inaugural de la 25ta versión de la cumbre, en la que Venezuela fue representada por la canciller Delcy Rodríguez.
Rodríguez finalmente sustituyó a Maduro, después de que se había reportado extraoficialmente en Cartagena de que el líder socialista había cambiado de opinión y llegaría a enfrentar los cuestionamientos como los de su colega peruano.
La cumbre se convocó para hablar del desempleo que afecta a los jóvenes iberoamericanos e impulsar medidas para remediarlo, ante lo cual Kuczynski señaló que abordar ese asunto es importante y suena «bonito».
Fuente: La Jornada