El alemán Nico Rosberg se llevó la victoria en Suzuka, la número 23 de su carrera, cuando faltan cuatro fechas para concluir la temporada.
De esta manera llegó a 313 puntos, 33 más que su compañero y rival directo, el británico Lewis Hamilton (280), quien hoy partió segundo, pero una mala salida apenas puesto el semáforo en verde lo relegó hasta el octavo puesto. Así con las posibilidades de triunfo prácticamente esfumadas se la arregló para remontar al podio en tercer lugar.
En los últimos giros de la carrera logró presionar al holandés Max Verstappen, pero en su mejor oportunidad en la última vuelta arriesgó de manos y se salió de pista con lo que el de Red Bull consiguió su sexto podio con su segundo lugar.
En tanto, Sergio Pérez consiguió buenos puntos con su coequipero alemán Nico Hulkenberg para afianzarse en la cuarta plaza de constructores.
Enorme paso el que ha dado hoy Nico Rosberg en sus aspiraciones al entorchado mundialista, que ya casi roza con los dedos tras esta nueva victoria en Suzuka. Y es que, efectivamente, al alemán casi se podría decir que se le caen los rivales por el camino. O mejor dicho, el rival, es decir, su compañero en mercedes Lewis Hamilton.
Y no es que Rosberg no haya merecido el triunfo hoy, todo lo contrario, pero sí es cierto que ni él mismo esperaba una prueba tan de cara desde el mismo inicio. Por el contrario, difícil, muy difícil, la papeleta que le queda ahora a Hamilton. El británico, al que notamos incluso algo “desquiciado” por todo lo acontecido en las últimas carreras, está mostrando una cara casi desconocida en su rendimiento, fallón, nervioso y descentrado, lejos de esa imagen de martillo pilón acostumbrada, que se está traduciendo en una sangría de puntos que tiene toda la pinta de ser definitiva. Una desventaja de 33 en el casillero, a estas alturas, y con un Rosberg rebosante de confianza y solidez (todo lo contrario de Lewis) se antoja demasiado para la reacción… aunque quién sabe, si alguien puede enjugarla, no es otro que el tricampeón inglés.
Y lo cierto es que esperábamos bastante más de la cita nipona, tras lo visto ayer en Calificación. Pero el Gran Premio apenas tuvo su momento álgido en la salida, donde una pifia de Hamilton condicionó los momentos de mayor incertidumbre de la carrera, y su posterior desenlace. Quedó la cosa muy franca para Nico, que supo gestionar sin problemas hasta la meta.
Fuente: La Razón