Hace unos días, Samsung recortó en 2 mil 600 millones de dólares su pronóstico de ganancias para el tercer trimestre, una cantidad que podría borrar todas las ganancias de su sector de telefonía móvil. Eso no incluye el costo de la primera ronda de retiros, que los expertos estiman tuvo un costo de entre uno y dos billones de wons. La empresa coreana cuenta con fondos suficientes y otros negocios para absorber el impacto del retiro de dispositivos. Indicó que espera generar 5.2 billones de wons (4 mil 600 millones de dólares) en ingresos operativos durante el tercer trimestre tras el gasto de retiro. Los analistas dijeron que la mayoría de los ingresos se generarán por sus negocios de pantallas avanzadas y semiconductores.
Añadió que se requerirán de importantes cambios en su proceso de calidad para mejorar la seguridad en beneficio de los clientes. No dio más detalles. Debido a los misteriosos incendios y el sobrecalentamiento, más de 2.5 millones de dispositivos Galaxy Note 7 tuvieron que ser retirados en dos ocasiones, la mayoría de ellos en Estados Unidos y Corea del Sur, antes de que se tuviera que descontinuar el modelo a tan solo dos meses de su lanzamiento.
En Estados Unidos, 1.9 millones de teléfonos Note 7 fueron sujetos a dos rondas de retiro. Samsung también sacó del mercado cerca de 200 mil teléfonos en China y cerca de medio millón de dispositivos en Corea del Sur. El Note 7 era uno de los smartphones más costosos en el mercado porque incluía las tecnologías más recientes de la marca, incluyendo la capacidad de desbloquear el teléfono con un escáner de iris. Se vendía entre 850 y 890 dólares en Estados Unidos.
Fuente: La Jornada