Alicia Sánchez Jara (Ciudad de México, 1921) concede la entrevista a las tres de la tarde. A esa hora le va bien porque “sale de trabajar a las dos”, explica su nieto. Con un coqueto abrigo color teja y una casucha (boina) en tonos morados, esta normalista y escritora de 95 años que lleva más de seis décadas en el Partido Revolucionario Institucional, sube las escaleras como a los veinte. Implicada en la lucha por el sufragio femenino, Sánchez Jara ha recibido el pasado martes un homenaje del PRI en la capital. Un día antes del evento se dice tranquila: “Esta es mi casa”, afirma. Y enseguida pasa a relatar con detalle algunos capítulos de su vida, que es también la historia de México.
Nieta del general Heriberto Jara, quien fue gobernador de Veracruz y ayudó a Francisco I Madero a gestar la revolución, Alicia rememora con devoción un mitin en el parque deportivo de la colonia Gustavo Madero, al norte de la ciudad, para la campaña de Adolfo Ruiz Cortines a la presidencia de México (1952-1958). “Yo había trabajado para el sindicato ferrocarrilero, el más fuerte del país en aquella época, y conseguí su apoyo para que las mujeres de toda la república pudieran viajar al mitin con sus hijos”. Solo de esa forma, en compañía de los infantes, los esposos dejarían a las mujeres acudir al acto del partido en la capital, explica. El éxito de la convocatoria sorprendió al candidato, quien tras las palabras de la líder sufragista Margarita García Flores, se sometió a los deseos del respetable.
-“¡Don Adolfo, repítalo, repítalo!”
La revolución se hizo sobre rieles y máquinas
-“Si el voto me es favorable, ustedes serán ciudadanas con voz y voto como los caballeros de México”.
“Repítalo, don Adolfo”, insistían. Y Ruiz Cortines pronunció la frase hasta en cinco ocasiones. El 17 de octubre de 1953 el Diario Oficial de la Federación publicó el decreto que otorgaba a las mujeres el derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular. “Todavía hoy falta para que la mujer tenga la posición que le toca en la política, pero se ha ganado mucho. Y fue mi partido quien puso el ejemplo”, recuerda orgullosa.
Pregunta. ¿Tendría usted una candidata para las presidenciales de 2018?
Respuesta. Claro que sí.
Alicia Sánchez Jara hace una pausa.
De la misma forma que evita dar un nombre, esquiva la pregunta sobre Javier Duarte, expulsado del partido ese mismo día unas horas más tarde.
Alicia se casó dos veces. Con su primer marido, un contador del sindicato, tuvo dos hijos. “Murió cuando yo era muy joven”. Años después, durante un mitin celebrado en la ciudad norteña de Monterrey, conoció a su segundo esposo, “un ingeniero muy guapo de ojos verdes” que la llevaría años después a Holanda y Bélgica para investigar sobre literatura infantil. Sánchez Jara ha publicado siete libros. Seis de ellos para niños y uno sobre su abuelo, Heriberto Jara. Todavía hoy se considera revolucionaria: “Revolución significa movimiento, cambio, buscar lo mejor… nada más sin armas”, aclara. Y reivindica, a propósito del homenaje, a las personas de su edad: “Ancianidad no es sinónimo de enfermedad”.
Para ella, el mejor presidente de México es “el actual” y cuando se le pregunta qué fue antes, si México o el PRI, responde convencida: “Nacieron juntos. El PRI surgió de la revolución y es el padre de todas las instituciones del país”.
Fuente: El País