Amigos de josecardenas.com ocasionalmente compartiremos con ustedes algunas experiencias mundanas sobre vehículos que se venden en México, algunos comerciales, otros de segmentos altos, no por ello menos atractivos de conocer y compartir.
Iniciamos con la SUV estrella de KIA, la empresa automotriz que tuvo algunas complicaciones para abrir las puertas de su planta de producción en Pesquería, Nuevo León, pero cuyos canales de distribución funcionan y crecen sin problema.
KIA tiene planes ambiciosos para este mercado y sus números, por encima de sus propias expectativas, la consolidan como una apuesta segura. Vale la pena googlear cómo les va en pruebas de satisfacción y percepción de calidad entre consumidores para darse cuenta de la fórmula, autos buenos y atractivos.
Manejamos el Sportage una semana, SUV que gusta, sólido, de formas robustas, se ve más fiero de lo que es. La unidad que manejamos es el tope de la gama, 449 mil pesos con el motor más potente de los dos que ofrece; Nissan, Honda o Toyota no utilizan esa distinción de motores según versión, lo hace Ford y Buick, por ejemplo.
La máquina se oye bien, algo justa de potencia en arranques en pendientes pronunciadas desde cero, pero pasa. En descargo, nos sorprendió gratamente el consumo de gasolina, muy decente. En modo Sport la sensación mejora y se hace más divertida, tiene un sutil ronroneo al interior que nos pareció muy agradecible en el tedio de la ciudad.
Equipo no le falta, rines grandes, piel, controles eléctricos, todas las automatizaciones requeridas (o no), hasta los espejos laterales plegables, portón trasero con apertura autónoma, iluminación en las manijas de las puertas delanteras, por cierto, recubiertas de aluminio pulido, tiene estilo, sin duda.
Nos gustó mucho la trasera del auto, ancho, con carácter, la moldura que une a las calaveras con ojos de enojada nos encanta. El frente es más polémico, pero guste o no (nosotros no nos decidimos), jamás pasa desapercibido. Mucha iluminación Led, muy eficiente y muy bonita.
Por dentro la luz también juega un papel importante para crear una atmosfera moderna, clara y amable. El espacio para ocupantes resulta en la línea de todos sus competidores directos. La cajuela es suficiente sin llegar al tamaño de la Honda CRV, pero, en aras de mayor estilo, se vale.
Por dentro, techo corredizo panorámico, una cortina que sí protege de rayos solares cuando está cerrada, el accesorio no afecta la habitabilidad interna, no compromete la altura libre, el sistema de audio se defiende, aunque nunca nos pareció intuitivo, quizá sea cuestión de mayor dedicación, pero conectar el teléfono y usar el navegador, no nos fue posible. Insisto, a lo mejor por desesperados, aire acondicionado con salidas traseras automático y eficiente.
En conclusión, se maneja bien, se lleva con orgullo, divierten sus accesorios y automatizaciones. Está muy bien equipado. Su relación costo-beneficio es adecuada.
Comparado con otros, “tope de gama” rivales, fácilmente supera a los de referencia. Los 449 mil pesos lo ubican en un sector complicado, pero sus argumentos parecen interesantes. Nos quedamos con ganas de probar una versión menos completa, más económica para entonces comparar como le va contra los SUV de las tiendas de enfrente.
KIA en México inicia un largo camino, pero estamos convencidos que hay que probar los productos para saber que lo hacen bien, sus ventas estimulan a sus empleados, el portafolio que ofrece es amplio para estar en el arranque, hay más y esperamos compartirles otras experiencias de uso.
Próximamente, escribiremos de un automóvil de otra órbita, un descapotable exótico, de película, de 12 cilindros, un auto propio de agente secreto. ¿De nicho? Sin duda, pero más bien de fábula. Impresiones y sensaciones que, a quienes gustamos de estos fierros, nos parecen dignas de ser compartidas. Hasta la próxima.
Fuente: Staff