Internacional

Haití niega las cifras de muertos de las ONG y exige cambios en las ayudas

Publicado por
Héctor García

Los huracanes y terremotos parecen a veces tener la cruel virtud de ensañarse con los lugares más pobres y desfavorecidos y ser más benevolentes con aquellos espacios donde las casas son de cemento, el agua del grifo es potable y las estanterías de supermercados y farmacias están repletas. Eso parece haber pasado con Matthew, el tifón más duro que ha asolado el Atlántico en la última década, que pese a haber causado hasta el momento cinco muertes en la costa de Estados Unidos, ha bajado de la intensidad 5 con la que arrasó Haití, donde los vientos alcanzaron hasta 300 kilómetros por hora, a intensidad 2 al llegar a la costa de Florida, con vientos de 175 kilómetros por hora.

La razón principal de esa menor virulencia del temido viento, que ha provocado la evacuación de cientos de miles de estadounidenses, es que el ojo del huracán, la parte más dura del tifón, no ha tocado tierra. En todo caso, Matthew sigue su camino hacia el norte, al estado de Georgia y Carolina del Sur e, incluso, los científicos apuntan a que podría haber un nuevo giro del tifón al principios de la semana que viene y volver a golpear sobre Florida.Mientras, donde el viento ya golpeó y lo hizo con saña, en la empobrecida Haití el panorama es desolador, aunque las versiones son divergentes entre los agentes de ayuda externa y el Gobierno. Polémica en cómo canalizar las ayudas El primer ministro del país en funciones, Jocelerme Privert, ha dicho que quiere un cambio en la forma de orientar las numerosas ayudas de la comunidad internacional que están llegando: «No necesitamos arroz, necesitamos mejorar los canales de irrigación para producir arroz», ha dicho el político que busca aminorar la dependencia futura tras cada desastre. «Lo que nos interesa es evitar que haya una hambruna en el país dentro de tres meses por las plantaciones destruidas».

Sobre las víctimas que ha provocado el huracán hay también diferencias en los datos entre las ONG y agencias internacionales y las cifras dadas por el Gobierno. Los primeros hablan de un número de víctimas que por ahora superaba las 800, 900 según otras fuentes, mientras que el Gobierno rebaja la cifra a 288 hasta el viernes por la noche.

«Me sorprende que no hablen ya de 1000 muertes, pronto nos dirán que son 100.000 personas las fallecidas», ha dicho el ministro del Interior, Francois Anick Joseph. «No queremos rebajar la amplitud de la catástrofe, vamos a dar los balances oficiales sin esconder los cadáveres».En este sentido, el senador haitiano Jean Hervé Foucant señala que hay al menos 300 muertos y que en días anteriores «era imposible hacer un recuento por la falta de comunicaciones entre los municipios».También han llegado críticas del ex ministro de cultura y director de cine, Raoul Peck, que en una entrevista concedida al periódico francés Le Monde, dice sobre la incapacidad de Haití de salir de su crisis crónica que «la espiral, si existe, no es sólo causa de los haitianos y sus representantes.

Pagamos igualmente una injerencia extranjera que nunca ha acabado desde la fundación de esta república rebelde».Mientras, EL MUNDO ha podido hablar con Federica Badocco, responsable de Médicos del Mundo en Haití, que en una conversación telefónica casi imposible explicaba que «hay pocas novedades. Ayer salieron los primeros equipos nuestros a reconocer la zona sur, que es donde se ha producido la mayor devastación, y esperamos ya tener evaluaciones pronto para poder comenzar a trabajar en medidas de salvamento y control de enfermedades».

Fuente: El Mundo

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Héctor García