Fue un trayecto de 680 metros lineales en las que los diversos contingentes provocaron el azoro no sólo de los más pequeños. Recibieron ovaciones y porras, invitaron a bailar, a cantar, a reír al numeroso público que atestiguó el vistoso y sonoro recorrido.
Con este desfile, el primero de su tipo en esta urbe, el gobierno de la capital del país comenzó de manera oficial las celebraciones por el Día de Muertos, fecha que forma parte de la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Fue una fiesta multitudinaria que, según cálculos iniciales de los organizadores, logró reunir a más de 160 mil espectadores de todas las edades y estratos sociales.
Una verbena de colores, de sonidos, de atuendos, de bullicio, de alegría, de convivencia, en la que cientos, sino es que miles de personas, vistieron coloridos disfraces desde las tradicionales Catrinas inspiradas en los grabados de José Guadalupe Posada y calacas ataviadas de charros hasta vampiros, hombres lobo, zombis, demonios, fantasmas, una que otra máscara de Donald Trump y demás criaturas chocarreras.
El banderazo de salida fue dado por el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, apenas pasadas las tres de la tarde, en medio de una atmósfera un tanto caótica debida al maremágnum de cámaras de televisión y fotográficas, así como de reporteros que daban cuenta de las incidencias.
La expectación generada por este singular acto no sólo se expresó en la cuantiosa asistencia de público, sino también en la cobertura mediática. Según la Secretaría de Cultura de la capital del país, se acreditaron 350 medios informativos de todo el mundo.
La idea de este desfile nació a partir de que el año pasado fueron rodadas en el primer cuadro de esta ciudad las primeras escenas del filme Spectre, de la saga dedicada al agente 007, James Bond.
La procesión estuvo compuesta por carros alegóricos que aludían a la muerte, alebrijes, comparsas musicales y dancísticas, marionetas gigantes y de menor escala, mojigangas y decenas de participantes con vistosos atuendos y disfraces.
Con la participación de mil 28 voluntarios, el desfile estuvo dividido en tres segmentos: Viaje al Mictlán, la Muerte Niña y Pal’ panteón, los cuales sintetizan el culto a la muerte en el país desde la época prehispánica hasta nuestros días.
Fuente: La Jornada