La decisión llega menos de una semana antes de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos analice otro caso presentado por Apple contra Samsung. Este caso, que se argumentará el martes en Washington, se centra en la suma que Samsung debería pagar por copiar diseños patentados para el iPhone de Apple. Juntos, los dos casos constituyen los restos de una batalla legal global entre los mayores fabricantes mundiales de smartphones que se inició en abril de 2011 y que llegó a extenderse por cuatro continentes.
En este caso, Apple reclamaba que Samsung infringió las patentes para las funciones de deslizar para desbloquear, la de autocorrección y una manera de detectar los números de teléfono para que puedan ser utilizados para realizar llamadas de teléfono. La mayor parte del fallo, 98.7 millones de dólares, se debió a la detección de la patente que el anterior jurado dijo que no se había infringido. La decisión de febrero también dijo que las otras dos patentes eran inválidas.
Fuente: El Financiero