El número de muertos no se sabe con precisión, sin embargo, fuentes oficiales refieren no más de 50 mientras que investigadores afirman que fueron más de 300.
Ese día, se realizaba una gran manifestación estudiantil en demanda de mayor libertad de expresión, a unas cuantas semanas de que se celebraran en México las Olimpiadas.
Justo cuando se iniciaba el mitin, una bengala surcó el aire, lo que, dicen los testimonios, fue la señal para que el Ejército Mexicano empezara a disparar contra la multitud con la intención de liberar el espacio y no manchar la imagen del país durante los festejos que traerían a miles de extranjeros.
También dispararon sus armas los integrantes de la «famosa Brigada Blanca», vestidos éstos de civil, pero identificados por portar un guante blanco como distintivo.
De acuerdo a investigadores, en esa trágica tarde fueron disparados 15 mil proyectiles y tuvo como saldo 300 muertos, además de 700 heridos y cinco mil estudiantes detenidos.
En 1968, México era gobernado por Gustavo Díaz Ordaz, ya fallecido, mientras que Echeverría Álvarez fungía como secretario de Gobernación, quienes según la opinión de miles de estudiantes que marchan cada año, nunca pudieron explicar de forma clara y veraz esos acontecimientos.
Es a partir de aquel año, que estudiantes de todos los Estados de México, llevan a cabo una marcha por las calles de sus ciudades en memoria de los estudiantes acribillados y con la frase ya cimentada en cada uno de ellos «2 de octubre no se olvida».
Fuente: El Sol de Nayartit