El jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, encabezó el acto solemne por el 31 aniversario de los sismos de 1985 en la Plaza Solidaridad. Acompañado por la secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, el jefe delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, el titular de Protección Civil, Fausto Lugo y el magistrado presidente, Edgar Elías Azar, se recordó a las víctimas por estos fenómenos naturales.
Con la bandera a media asta, los funcionarios montaron una guardia de honor en la placa original que se encuentra en la explanada principal. El jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, encabezó el acto solemne por el 31 aniversario de los sismos de 1985 en la Plaza Solidaridad.
Acompañado por la secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, el jefe delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, el titular de Protección Civil, Fausto Lugo y el magistrado presidente, Edgar Elías Azar, se recordó a las víctimas por estos fenómenos naturales. Con la bandera a media asta, los funcionarios montaron una guardia de honor en la placa original que se encuentra en la explanada principal.
En punto de las 7:19 horas, las sirenas de ambulancias, patrullas y carros de bomberos fueron encendidas para recordar el momento exacto en que sucedió el primer temblor de 8.1 grados en la escala de Richter y que derrumbó gran parte de edificios de la capital mexicana. Sin dar discursos o declaraciones durante el evento, Mancera Espinosa colocó un arreglo floral en el monumento instalado en la Plaza Solidaridad para las miles de víctimas que perdieron la vida hace 31 años por estos eventos.
También se entonó el himno nacional y la marcha del silencio por parte de la banda de guerra de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). También se tuvo la presencia y reconocimiento a los cuerpos de rescate capitalinos como el ERUM y la agrupación Topos, estos últimos que surgieron durante la localización y salvación de personas en edificaciones colapsadas. La ceremonia tuvo una duración de poco más de una hora y el mandatario local se despidió sin dar mayores declaraciones.
Fuente: La Razón