La nueva renovación, para las monedas que se quedan, es que sean con una fabricación más prácticas, seguras, eficientes, sustentables, resalten más aspectos de la cultura mexicana, y que su fabricación sea más barata.
“La portabilidad y el manejo de la moneda se complican cuando ésta es muy pequeña y liviana, como es el caso de las monedas denominadas en centavos, o cuando es muy grande y pesada, como las de mayor denominación. La confusión que puede generar la apariencia similar de algunas monedas (como sucede entre las monedas de diez, veinte y cincuenta centavos, así como entre las de uno, dos y cinco pesos), llega a entorpecer y ralentizar las operaciones diarias y actividades económicas del público”, señala el documento.
La eliminación de los centavos por de debajo de la moneda de 50 centavos, implica un incremento o disminución de precios por el “redondeo” que se tendrá que hacer, de manera forzosa, al pagar en efectivo.
Es decir, si un producto cuesta entre 1.10 y 1.24, se pagará un peso. Si cuesta entre 1.25 y 1.74, se pagará 1.50 pesos. Si cuesta en 1.75 y 1.99 se pagarán 2 pesos.
El redondeo se aplicará al monto total.
Si la iniciativa es aprobada por el Congreso, el Banco de México deberá establecer un periodo para hacer el canje de las monedas que saldrán de circulación.
Fuente: JLD