«Pedimos a nuestros donantes alrededor de 150 millones para responder a las necesidades urgentes para salvar vidas durante los cuatro próximos meses», manifestó el vicesecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O’Brien, en rueda de prensa en Kabul.
O’Brien advirtió de que Naciones Unidas «necesita urgentemente apoyo y financiación internacional» en Afganistán, tras constatar sobre el terreno durante una visita de dos días «la crisis humanitaria» por la que atraviesa el país.
Naciones Unidas ya pidió el pasado enero 393 millones de dólares para el plan anual de ayuda humanitaria en coordinación con el Gobierno de Afganistán, que en lo que va de año ha llegado a unos 2,1 de los 3,5 millones de afganos a los que prevé asistir en 2016.
Sin embargo, calcula que antes de que acabe el año habrá cerca de 1.100.000 desplazados internos más, entre ellos unos 400.000 por el conflicto con los insurgentes dentro del país y alrededor de otros 600.000 procedentes la mayoría de Pakistán, que ha advertido a los refugiados afganos de que dejen su territorio.
«Actualmente 5.000 vuelven de Pakistán cada día. Este sería un numero difícil de afrontar para cualquier país», señaló.
La mayoría de esos 600.000 refugiados, unos 400.000, que regresan y se convierten en desplazados internos en su país son indocumentados, según datos del organismo internacional.
El representante de la ONU alertó de que los servicios sociales en Afganistán, en especial los sanitarios, están superados por el número de desplazados y tres millones de afganos ni siquiera tienen acceso a ellos, en un país de unos treinta millones de habitantes.
Cerca de 2,7 millones de afganos sufren desnutrición, entre ellos un millón de niños menores de 5 años, de los que solo un 35 % recibe ayuda y apenas el 25 % se recupera, de acuerdo con datos del organismo.
«Hay que hacer mucho más para aliviar el sufrimiento de estos niños y evitar que mueran», afirmó.
Pakistán acoge a cerca de tres millones de refugiados afganos que comenzaron a llegar tras la invasión soviética de Afganistán, en 1979.
Desde hace años Pakistán afirma que los afganos deben abandonar el territorio paquistaní y el Gobierno de Islamabad ha aumentado los llamamientos a su repatriación, al tiempo que el pasado junio extendió por solo seis meses el permiso de residencia, cuando hasta ahora lo hacía por tres años.
Afganistán vive un momento crítico con un incremento de la violencia que ha provocado alrededor de 245,000 nuevos desplazados internos en lo que va de año, según estadísticas de la ONU.
Fuente: Crónica