Caleidoscopio
Guillermina Gómora Ordóñez
El camaleónico, Ricardo Monreal, actual jefe delegacional en Cuauhtémoc, esta de nueva cuenta en la mira pública y de la autoridad por un tema ligado con dinero del erario, sobre todo en su origen y destino. Nada que le resulte ajeno en su travesía política con profundas raíces priistas.
Sí, Monreal nació y creció políticamente en el Revolucionario Institucional, aunque hoy se declare morenista y lopezobradorista a ultranza. El zacatecano abandonó al tricolor cuando le negaron la oportunidad de ser el candidato a la gubernatura de su estado, allá por 1997, por lo tanto se pasó al PRD y de ahí hasta la fecha cambia de partido como de… calcetines.
Los problemas con malos manejos en los recursos públicos, decíamos, no le son ajenos. En el 2007, el entonces auditor superior de Zacatecas, Jesús Limones, informó que durante la administración de Ricardo Monreal (1998-2004) en las cuentas públicas se detectó un déficit financiero por 848 millones de pesos y se había heredado una deuda pública de 339 millones de pesos a la entidad.
En esa época, el exgobernador acusó el golpe y negó los hechos, dijo que se trataba de un complot político de la gobernadora Amalia García, perredista que lo sucedió en el cargo.
De los millones de pesos birlados a los zacatecanos, nada se supo, no se castigó a nadie y todo quedó en un escándalo y la ruptura con el clan de Amalia, quién lo había llevado a la izquierda y lo acercó a Andrés Manuel López Obrador.
Rompimiento que se agudizó, en 2009, con el hallazgo de 14.5 toneladas de marihuana en un rancho propiedad de David y Cándido Monreal, hermanos del ex mandatario.
Entonces, Ricardo reviró: “Advierto que ya es una confrontación clara entre la gobernadora y nosotros, la persecución y el hostigamiento de que hemos sido objeto nos hace reaccionar frente a esta embestida criminal”.
Una vez más, se habló de investigaciones, del inicio de averiguaciones previas pero nada pasó, el caso murió en los medios y en la justicia. Los Monreal la libraron.
Su buena suerte, se extendió hasta octubre de 2015, cuando un hombre no identificado se presentó en las oficinas del jefe delegacional de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, y entregó a su secretaria particular Yazmín Yabra Guzmán, una bolsa que al abrirla… ¡Sorpresa!, tenía en su interior un millón 579 mil 500 pesos.
Nadie sabe, nadie supo, el origen de este dinero, el Doctor en derecho, denunció la entrega del paquete ante los medios, nunca ante la autoridad y supuso que eran producto de extorsiones a comerciantes. Razón por la cual, determinó que el destino de este millón y medio pesos fuera la Tesorería de la delegación.
Es más, Monreal, mandó un mensaje a quien dejó el dinero: “si se trata de extorsiones a establecimientos, a ambulantes u otros negocios, que vengan y lo reclamen, lo vamos a devolver».
¡Ajá!, ¿Por qué no lo entregó a la autoridad correspondiente a través de una denuncia formal? ¿Al Doctor en Derecho, se le olvidó que el dinero entregado era una prueba pericial, por qué abrió los fajos con la etiqueta de Banorte y contaminó las evidencias?
Una estampa más del Monrealismo mágico, fue la detención, en julio de 2015, de tres presuntas colaboradoras del entonces delegado electo en Cuauhtémoc, con un millón de pesos en efectivo cuando intentaban abordar un vuelo privado en el Aeropuerto Internacional de Tapachula, al término de los comicios en Chiapas.
La Policía Federal detectó a las mujeres quienes transportaban el dinero en sus maletas y no acreditaron en el momento la procedencia legal del recurso. A una de ellas, Benelly Jocabeth Hernández Ruedas, Monreal la reconoció plenamente como su colaboradora, suplente de la diputada federal electa por Movimiento Regeneración Nacional, Alicia Barrientos Pantoja, por el distrito 12 federal en la capital del país.
En esa ocasión Monreal justificó así lo sucedido: “Se dicen muchas mentiras, lo que garantizo es que ninguna de ellas ha cometido ningún delito; meto las manos al fuego por ellas”.
¿Quizá por eso el único que salió a defenderlo en el más reciente escándalo es el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco que escribió en su cuenta de Twitter: “Le expresamos nuestra solidaridad a @RicardoMonrealA ante la guerra sucia que hay en su contra”? ¿Solidaridad o pago de favores?
En fin, el caso es que ahora atraparon a oootro colaborador: Pedro Pablo de Antuñano, ex director Jurídico y de Gobierno de la delegación Cuauhtémoc, recomendado de Marcelo Ebrard, con 600 mil pesos en efectivo y que no ha podido explicar, por lo menos a la autoridad, quién sabe a su jefe (Ricardo Monreal) el origen del dinero que portaba en una caja el pasado 15 de diciembre cuando fue detenido en Polanco.
Al respecto, el curtido Monreal ha dicho: “Estoy listo para enfrentar la embestida, que les quede bien claro: no me voy a hincar ni a doblar. Hay una clara intención política de desprestigiar a Morena y a mí”.
¿Será? Lo cierto es que el aspirante a ser el primer gobernador de la Ciudad de México por Morena (2018) suma errores y su líder, Andrés Manuel López Obrador, toma distancia del que fuera su colaborador más cercano. Algo anda mal y ellos lo saben.
Vericuentos
Infonavit .vs. “coyotes”
Importante alianza estableció el Director General del Instituto, David Penchyna con la PGR para prevenir malas prácticas y castigar el “coyotaje” de los supuestos asesores financieros en el programa “Mejoravit”. Hasta el momento hay 18 casos identificados en Facebook y Twitter; la policía cibernética obtuvo direcciones y números telefónicos, para castigar a los responsables y evitar que se afecte al derechohabiente. Ojo…mucho ojo.
Regulación a tráileres
El tema de los transportes de doble remolque y el peligro que representan para quienes circulamos por las carreteras del país llegó al Senado, ahí Emilio Gamboa, coordinador de la bancada del PRI y exsecretario de Comunicaciones y Transportes, propuso la realización de foros con los representantes de esta actividad a fin de encontrar una solución que evite la pérdida de vidas. Afirmó que la Secretaría de Comunicaciones tendrá el apoyo del Senado de la República.
@guillegomora