El partido de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), sufrió el domingo su segundo revés electoral en dos semanas en una votación estatal en Berlín. El apoyo para la CDU cayó a su nivel más bajo desde 1990, en un rechazo de los votantes a la política de puertas abiertas del Gobierno.
«Asumo mi parte de responsabilidad como presidenta del partido y canciller», dijo Merkel durante una rueda de prensa, en el tono más conciliador mostrado en más de una década al frente del país.
En comentarios preparados, Merkel, de 62 años, dijo que haría las cosas de otra manera si pudiera volver el tiempo atrás y prepararía mejor al país para el ingreso de las casi un millón de personas que llegaron a Alemania el año pasado.
El rechazo a la política migratoria de la canciller ha generado dudas sobre si Merkel se postulará a un cuarto mandato en 2017. Pero dado que su partido cuenta con pocas alternativas buenas, ella sigue siendo la candidata más probable.
Un año antes de la elección nacional, los resultados de Berlín han profundizado las diferencias en el bloque conservador. La CDU y sus aliados de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) se culpan mutuamente de los resultados del domingo.
La CSU quiere limitar a 200.000 el número de inmigrantes que llegan por año a Alemania. Hasta ahora Merkel ha rechazado ese límite, pero ahora parece dispuesta a buscar un consenso.
Merkel apela a una solución europea para el desafío de la ola migratoria asegurando las fronteras externas del continente, con acuerdos migratorios con países como Turquía y distribuyendo refugiados en toda Europa.
Fuente: Reuters