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Hoy, Freddie Mercury cumpliría 70 años

Publicado por
Aletia Molina

«No seré una estrella de rock. Seré una leyenda», presagiaba Farrokh Bulsara, nacido el 5 de septiembre de 1946, en Zanzíbar, actual Tanzania.

Este hombre de origen parsi, sin dudas se convirtió en una leyenda por su legado musical, por mixturar la ópera y el canto lírico con el rock de una forma revolucionaria, por su barnizado lirismo y un estilo y musicalidad que es imposible de repetir, por su desenfadada estética y glamour, por provocador (cuando esa palabra, en el rock, significaba alterar el statu quo y sacudir millones de cabezas), por ser el líder de Queen, un grupo que formó junto a Brian May, John Deacon y Roger Taylor y que dejó una huella gigante en la historia de la música.

Hijo del matrimonio de Jer y Bomi Bursara (su verdadero apellido parsi), fue enviado a Bombay con su abuela y su tía, donde además de ir al St. Peter’s, un colegio de estilo inglés en Panchgani, pueblo ubicado a pocos kilómetros de Bombay, y de practicar la religión zoroástrica, comenzó a inmiscuirse en el mundo de algunos instrumentos musicales como el piano y la guitarra.

A mediados de los años 50, incursionó en actividades de coro y teatro, y el joven Bulsara, junto a otros alumnos de St. Peter’s, formó The Hectics, la primera banda musical de su vida. Así puso los primeros cimientos a su futuro, de una impronta visual única, del ídolo de rock más teatral que dio la historia.

Pero a finales de 1963 la vida de Farrokh cambió radicalmente. Zanzíbar recibió su independencia del Reino Unido en medio de una revolución, y junto con su familia, pocos meses después, emigró a Inglaterra.

Si bien estudió Diseño gráfico y se ganó la vida vendiendo ropa de segunda mano en el mercado de Kensington, The Hectics lo había marcado tanto que decidió volver a ser líder de algunas bandas como Sour Milk Sea o Ibex, que más adelante sería renombrada Wreckage.

Pero en 1970 se produjo un encuentro que quedará marcado a fuego en los millones de fanáticos de Queen: en abril de ese año, conoció al guitarrista Brian May y al baterista Roger Taylor, quienes previamente habían estado en el grupo Smile.

El joven de origen parsi e indio, fanático de Aretha Franklin, Jimi Hendrix y de la actriz Liza Minelli, no sólo eligió el nombre Queen para su nueva banda, sino que optó por cambiar su propio nombre a Freddie Mercury luego de escribir una canción llamada My Fairy King (del disco debut Queen, 1973) en la que plasmó la frase «Mother Mercury, look what they’ve done to me».

A partir de allí, Freddie Mercury se volvió universal.

En esos tiempos donde el legado de Hendrix y la presencia de Led Zeppelin acaparaban el rock, donde el new wave y el punk todavía no asomaban para quedar etiquetados como la música de los ’80, nacía Queen: un grupo totalmente innovador, que combinó el rockabilly, el rock progresivo, el gospel, la ópera, el heavy metal y el pop de una forma única e inigualable.

Junto a May, compañero en la composición, el bajista John Deacon y Roger Taylor, Freddie editó 15 discos de estudio, dos de ellos como solista, Mr. Bad Guy (1985) y Barcelona (1988, en colaboración con la soprano española Montserrat Caballé).

Queen y Queen II fueron los primeros álbumes, con un claro tono de rock duro: el heavy metal y el hard rock apoderaron los inicios de la banda. Con Sheer Heart Attack (1974) llegó el salto internacional y el primer éxito rotundo: Killer Queen, una canción original para la época con una musicalidad nunca antes escuchada. En 1975 llegó A Night at the Opera, la obra cumbre de Queen. Sin dudas Bohemian Rhapsody fue la estrella del disco y la completan I’m in Love with my Car, la simpática You’re my Best Friend y la dulce Love of My Life. Queen siguió su camino discográfico con A Day at the Races (1976), donde Somebody to Love los llevó nuevamente a liderar los charts musicales. En 1977 llegó News of the World y We will Rock You y We are the Champions los puso otra vez en la cima. Siguieron Jazz (1978) y The Game (1980), con Bicycle Race, Fat Bottomed Girls y Don’t Stop Me Now, por una parte y con Play the Game, Another One Bites the Dust, Crazy Little Thing Called Love y Save Me, por el otro, para terminar la década del ’70 (todavía con 12 años más de carrera), como una de las mejores bandas de rock que dio la historia.

Queen siguió con la banda sonora de Flash Gordon (1980); Hot Space (1982), donde realza Under Pressure, en con

junto con David Bowie; The Works (1984), con el éxito de Roger Taylor, Radio Ga Ga, el de Deacon, I Want to Break Free, además de It’s a Hard Life. A Kind of Magic (1986), se destaca One Vision, A Kind of Magic y la inolvidable Friends Will Be Friends.

The Miracle (1989), Innuendo (1991), el último disco con vida de Freddie que contiene The Show Must go on (El show debe continuar), una canción que reflejaba el estado de ánimo de Mercury, ya que él sabía de su enfermedad cuando decidió grabarla, y Made in Heaven (1995), fueron el trío de álbumes que cerraron la historia de Queen dentro de los estudios.

La madrugada del 24 de noviembre de 1991, un día después de haber anunciado públicamente que sufría de VIH, Freddie Mercury murió en su casa, de Kensington, en Londres, como resultado de una bronconeumonía.

Pero Freddie no sólo se convirtió en leyenda, como indicaba su presagio. Se convirtió también en asteroide. En este día, en donde la estrella de rock cumpliría 70 años, Brian May anunció en un video publicado en YouTube -a través de la decisión del International Astronomical Union- que el asteroide 17473, descubierto en 1991 y que se ubica en el cinturón de asteroides entre las órbitas de Júpiter y Marte, pasará a llamarse Freddie Mercury.

Fuente: Clarín

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Aletia Molina