Según el doctor Miguel Ángel Mancera, extraña fauna invade avenidas, calles y callejones de la CDMX, pero resiste revelar el origen de la plaga de ratas con antenas de cucaracha, o cucarachas con cola, orejas y bigotes de roedor…
El Jefe de Gobierno asegura que la presencia de tan repugnantes alimañas, que antes no se daban a notar en el Periférico, Viaducto, Constituyentes, Reforma, Observatorio o arterias anexas, obedece a que escaparon de otras inmediaciones dónde la eficacia policial les ha dado certeros manotazos, sí, pero Mancera no explica por qué sus gendarmes no han ido a fumigar los nidos de tales bichos. ¿Será por miedo a que los roben o linchen?
Las ratas bípedas no solo atacan a los conductores de autos premium, en zonas urbanas privilegiadas. Pululan en los cuatro puntos cardinales de la magna urbe.
¿Mancera debería reconocer que para vergüenza de su gobierno el temor de los ciudadanos solo acabará si todos aprendemos a vivir y convivir con el “Jesús en la boca”? ¿Qué la realidad eso no tiene remedio?
¿Cómo pasa por alto Mancera las imágenes cada vez más recurrentes de asaltantes con capucha quienes con pistola en mano desvalijan automovilistas y estrellan cristales con el auxilio de embotellamientos permanentes?; ¿cómo quitar el miedo recurrente de tanta gente?
Quien se atreve a la denuncia es amenazado en caliente, como sucedió a los periodistas Héctor de Mauleón, Denise Maerker y Rafael Pérez Gay; quien se resiste a no darse por vencido se juega la vida; quien recurre a las autoridades lo hace con plena seguridad de que nada pasará…
Para el Jefe de Gobierno y su equipo esas cucarachas que nos invaden son delincuentes comunes agrupados en células, pero nunca de los nuncas forman parte de la delincuencia organizada, mucho menos son miembros de los cárteles de la droga que por raro embrujo no entran a la ciudad con (Miguel) Ángel. ¿Será?
La autoridad sigue instalada en la negación, cree que mintiendo logra engañarnos, no entiende que la violencia pesa más que las palabras.
Algo grave pasa con la autoridad de la CDMX. Mientras aumenta el delito, bajan las denuncias. Nos hacen creer que estamos mejor cuando estamos peor, sin contar fallas en servicios, contaminación rampante y el colapso del tránsito vehicular.
¿Será que quienes nos gobiernan siguen soñando con el legado histórico de crear una Constitución de ornato; en quedarse quietos para no salir borrados en la foto del 2018?
Tarde o temprano deberán despertar.
EL MONJE ESCÉPTICO: Ni quitándole al gober de Veracruz la Fe de Bautismo, el PRI podrá exorcizar la negra nube del desprestigio que lo oscurece de día y de noche. Cárcel al ladrón y compinches –compinchísimos– clama el respetable desde la tribuna. Eso, y que el líder tricolor Enrique Ochoa Reza devuelva, como de rayo, el jugoso finiquito que le otorgó la CFE.