En Contexto

Deplorables días para Hillary

Publicado por
José Cárdenas

Brújula

Ana Paula Ordorica

 

Entre el discurso en el que llamó a la mitad de los simpatizantes de Trump deplorables y entre el desvanecimiento en la conmemoración de los quince años de los atentados del 11 de septiembre, estos días han sido, hasta ahora, los más deplorables para la campaña de Hillary Clinton.

 

Si las quejas por no conocer su estado de salud eran fuertes antes del domingo, ahora que Clinton ha sido diagnosticada con neumonía teniendo que cancelar sus actividades de campaña para guardar unos días de reposo y reponerse lo antes y mejor posible, estas incógnitas y quejas serán más fuertes e imposibles de ignorar.

 

Dos eventos que para cualquier campaña serían graves por sí solos se le juntaron en unos cuantos días a Hillary.

 

Al decir que la mitad de los simpatizantes de Trump son deplorables, no solo se aventó encima a una cuarta parte del electorado norteamericano, sino recordó uno de los capítulos más complicados de la campaña que tuvo el entonces carismático candidato demócrata, Barack Obama, cuando en abril del 2008 declaró que entendía porque algunos americanos se aferraban a sus creencias religiosas y a sus pistolas.

 

Esa declaración le costó mucho a la campaña de Obama. Costo que al final no le cobró la factura en una derrota electoral en las elecciones de ese noviembre. Pero para una candidata como Hillary, la situación puede ser mucho más complicada.

 

No cuenta con el carisma de Obama; no atrae a los votantes como lo hacía el entonces senador junior de Illinois que era visto como una especie de rock star y no se enfrentaba a una situación de hartazgo con la clase política de las dimensiones que actualmente tiene Hillary.

 

Si a eso le sumamos que los republicanos y sus simpatizantes llevan tiempo pidiendo que Clinton haga públicos sus estudios médicos para conocer cuál es su estado de salud y ella se ha negado a hacerlo, argumentando entre otras cosas que Trump tampoco ha dado a conocer la misma información y tiene dos años más que ella, la ecuación se vuelve muy complicada.

 

La salud de los servidores públicos es tema de interés, de curiosidad e incluso de morbo. En EUA y en el mundo. En Estados Unidos es conocido como el gobierno de Franklin Delano Roosevelt intentó esconder del ojo público la parálisis del presidente. Posteriormente el presidente John F Kennedy también intentó mantener en secreto sus problemas de espalda.

 

En años recientes John McCain se sintió obligado a dar a conocer su estado de salud ante tantas preguntas que generaba su edad y los efectos de sus años como prisionero de guerra en la Segunda Guerra Mundial. Aun así, cuando escogió como compañera de fórmula a Sarah Palin – una tremenda ignorante en materia política – los simpatizantes de McCain mostraron su enorme preocupación en pensar que un hombre de su edad pudiese morir mientras presidente dejando a Palin en La Casa Blanca. El resultado: una derrota aplastante en la elección del 2008.

 

Pero más allá de que de a conocer su estado de salud y más allá incluso de su comentario sobre los deplorables simpatizantes de Trump, estos días vuelven a demostrar para muchos norteamericanos que Hillary Clinton no es honesta.

 

El manejo que tuvo la campaña sobre la crisis de salud de Hillary fue…deplorable. El domingo tardaron más de una hora en avisar a la prensa lo que estaba sucediendo después de que ella tuviera que abandonar precipitadamente el memorial. Y cuando lo hicieron inicialmente lo atribuyeron a un golpe de calor y deshidratación. Fue hasta después que se dio a conocer que desde dos días antes se le había diagnosticado neumonía y que la candidata estaba tomando antibióticos.

 

La campaña miente o dice medias verdades (¿medias mentiras?) una vez más. Cuestionamiento fundamental sobre Hillary que vuelve a surgir con esta crisis de salud de la candidata.

 

Estamos a dos semanas de uno de los momentos clave dentro de la campaña: el primer debate entre los candidatos a la presidencia. Clinton deberá reponerse – en salud y en estrategia – para llegar a la universidad de Hofstra lo más sólida posible en una contienda que hoy por hoy se ha cerrado considerablemente.

 

@AnaPOrdorica

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José Cárdenas