En un comunicado, O’Brien se dijo “asqueado y horrorizado” por el ataque, que en términos prácticos terminó con el breve cese al fuego acordado entre Estados Unidos y Rusia la semana pasada a fin de entregar asistencia humanitaria en Siria. “Si se encuentra que este insensible ataque fue una manera deliberada de hacer blanco de trabajadores humanitarios, entonces constituiría un crimen de guerra”, advirtió el coordinador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para ayuda humanitaria.
De acuerdo con informes de prensa, un convoy de la ONU escoltado por empleados de la Media Luna Árabe, con más de una docena de camiones de asistencia humanitaria, fue atacado por una ofensiva aérea en la comunidad de Urum al-Kubra, al noroeste de la ciudad de Alepo.
Señalaron que el ataque causó la muerte de unas 13 personas, así como heridas de gravedad a varias más, además de que provocó daños a una clínica y un almacén empleado por la Media Luna Árabe.
O’Brien expresó que la ONU entregó notificaciones a todas las partes en conflicto sobre el convoy, que estaba claramente marcado como transporte de ayuda humanitaria. La ayuda contribuiría a aliviar las condiciones de unas 78 mil personas. “No puede haber explicación o excusa, ni razón o lógica para declarar la guerra en trabajadores humanitarios valientes y abnegados que tratan de alcanzar a otros ciudadanos que de manera desesperada necesitan ayuda”, dijo.
Explicó que pese a las dificultades los organismos de ayuda humanitaria siguen comprometidos con apoyar a aquellos que lo necesitan, por lo que llamó a reanudar la entrega de asistencia, en especial a aquellas que radican en zonas bajo sitio o de difícil acceso. El ataque al convoy sucedió luego que el gobierno de Siria declaró la suspensión del alto al fuego, que tenía la intención de sentar las bases para negociar el final de un conflicto que desde 2011 ha causado la muerte de unas 500 mil personas, y de que reanudó sus bombardeos en Alepo.
Fuente: Milenio