El evento, para el que hay que pagar una inscripción, se inspira en una pelea con comida entre niños de la localidad en 1945. El tomate es uno de los cultivos más representativos de la región.
En la edición de este año se esperaban unos 20.000 participantes.
Tras la «Tomatina», los participantes, muchos con gafas de buceo para protegerse los ojos, y las calles de la localidad quedaron cubiertos de pulpa roja. Mientras que los organizadores comenzaron a limpiar el recorrido con mangueras minutos después del mediodía, cuando terminó la fiesta.
Los participantes pueden emplear duchas públicas para deshacerse de los restos de la batalla.
Fuente: La Razón