Medio Ambiente

Se me rompió el corazón

Publicado por
José Cárdenas

Rodrigo Navarro

 

 

 

 

 

Es una costumbre ancestral llamada el “Grindadráp”. Se trata de una tradicional matanza de ballenas en las Islas Faroe, en Dinamarca. Los residentes de las islas se reúnen anualmente con motivo de la llegada de las ballenas a finales de julio y principio de agosto. Los animales son rodeados por lanchas de motor y empujados hacia las playas en donde la población entera, niños incluidos, acaba con ellas a machetazos y con afiladas lanzas. Cada año son asesinadas unas 900 ballenas y delfines.

Dinamarca es un país miembro de la Unión Europea, es una monarquía inconstitucional y corresponde a tres regiones autónomas: Dinamarca, territorios de ultramar dependientes de Groenlandia y las Islas Faroe.

Dinamarca y la parte en Groenlandia pertenecen a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) pero no las Islas Faroe. Las islas son de origen Nórdico y no Vikingo como el resto de Dinamarca. Tampoco pertenecen a la Unión Europea y tienen 50 mil habitantes. La mayoría vive en Torshavn y son pescadores.

Dinamarca es considerada el país con más bienestar. Menos corrupto y donde la gente vive más feliz en el planeta. Tiene el tercer lugar del índice de bienestar económico sostenible (IBES), detrás de Noruega y Australia. Su índice de desarrollo humano es muy alto (0.923). El ideal es 1.0 y ningún país lo tiene. No hace nada al respecto sus barcos navales vigilan la matanza año con año sin intervenir.

La CBI es un organismo formado en 1946 para regular la caza de ballenas y su sede se encuentra en Brighton Inglaterra. Ante la disminución de estos cetáceos se acordó una moratoria (veda) en su captura en 1984 pero por cuestiones de intereses económicos y políticos no entro en vigor sino hasta 1986.

La moratoria ha sido ratificada y a excepción de Japón que caza 400 ballenas al año, Noruega, Islandia y las Islas Faroe, el resto del mundo condena la matanza de ballenas pero sin realmente hacer nada. Es un tema muy complejo porque extensas regiones del océano son  tierra de nadie, aguas internacionales. En 2014 la corte internacional de la Haya prohibió la caza de ballenas y Japón la justificó con la excusa que era para “fines científicos”

La semana pasado Yago, Santiago Vallejo niño de 11 años que pasó a 60 de primaria, le escribió una carta a Jean Michel Cousteau Director de Ocean Futures Society, OFS donde le pedía “que me digas cómo podemos detener esto de una vez por todas”.

“Me siento muy contento de ser tu amigo y he leído tu libro Mi Padre el Capitán. Sé que tú no eres de los que se quedan callados ante estos hechos tan horribles. Igual lo hacía tu querido papá, Jacques. Si muchos no hacen nada, pues nosotros hagamos algo para que los demás actúen”, escribió un conmovido Yago.

“Te escribo esta carta hablando de un tema en específico. La matanza de ballenas piloto y delfines en las islas Faraoe en Dinamarca. Esto ya lo he hablado con mi abuelo Rubén. Este tema no es algo fácil de hablar ya que esto sucede en la culta Dinamarca donde miles de indefensas y hermosas ballenas piloto y delfines son masacradas. Yo veo, con lágrimas, fotos de niños sentados en las ballenas destrozadas, es un mar de sangre. Son como 100 metros de ballenas muertas a hachazos y la gente sonriendo como si les hubieran contado un chiste”.

Hace 5 años se hizo un movimiento en redes sociales para denunciar el hecho y conmovió a muchas personas, no se obtuvo resultado. Sucede cada año y ya se ha vuelto parte del paisaje anual. Se mira con indiferencia, la gente ya no se conmueve. Es una noticia vieja.

Yago es nieto de Rubén Arvizu, “quien me inspiró y motivo para escribir esta carta”. Conoce y ha convivido con el hijo del famoso Capitán y explorador francés. Su abuelo trabajó para el Capitán Cousteau y ahora es Director para América Latina de OFS. Eso le ha permitido convivir con los Cousteau.

Le llamé y le pregunté que le había motivado a escribir la carta y qué quería del Jean Michel. “Cuando vi las imágenes de la matanza de las ballenas y los niños montados en ballenas degolladas se me rompió el corazón”, me explica este niño de 11 años de edad. “Supongo que le harán más caso a los niños”.

Le explico que Jean Michel se encuentra en Fidji por tres semanas aislado del mundo sin telecomunicaciones y que no le contestara pronto. ¿Crees que es necesario que JM te diga que hacer?, le pregunto. “No, porque la semana que entra que vaya a la escuela voy a presentar a mi maestro un proyecto sobre esto para informar a mis compañeros de salón y después en la escuela. Hacer una buena presentación en Power Point”.

El año pasado Yago participó en un programa de talleres que la ONU hace en las escuelas para que los niños conozcan los programas del PNUMA, la FAO, Derechos Humanos, etc. Piensa llevar su propuesta a estos talleres para sumar a más escuelas.

“Claro que cuando JM me conteste y tarde o temprano lo va  hacer porque sé que pone mucha atención en los niños, me ayudara a difundir este hecho, hará que más personas y a un nivel más importante se involucren. La gente en general no hace nada al respecto, Le estoy pidiendo a JM que me ayude a hacer esto y estoy seguro de que puedo hacer algo, puedo”, me dice con determinación.

Así que su estrategia será sumar gente para hacer voz, motivarlos e informarlos. “Me ha gustado estar en el programa de la ONU en 5º grado, he estado en comités y platicado con niños de otras escuelas. Es lo que voy a hacer

El viernes pasado otro niño ecologista recibió de manos del presidente de la República el Premio Nacional de la Juventud en su modalidad de Defensa al Medio Ambiente. Daniel Chávez, Danny, El Guardián del Hábitat, mi compañero de Futuro Cercano quien es un incansable defensor del ambiente desde los 5 años de edad. Ya hemos contado en estas páginas su historia.

http://ht.ly/UdCyt

Le dije a Yago que iba a sumar a Danny como difusor a su proyecto porque él como el caso de los niños que lograron el amparo de Tajamar y vencieron al Gobierno estatal, federal y a grandes corporativos financieros, han demostrado que se puede lograr las cosas. Le pregunté a Danny si ayudaría a Yago y que le diría: si yo pude, tú también puedes. Eso hacemos en OFS sumar voluntades.

El texto de la carta de Yago es el siguiente: Querido Jean-Michel, Hoy en día en el mundo hay cosas que ni con palabras se pueden explicar. El humano se supone que es una especie inteligente, que piensa con la cabeza no con la ira. En muchos parece que su corazón es de roca, su piedad es mínima y su lealtad y honestidad solo piensa en el dinero y el poder. Por eso el mundo está como está hoy en día. La gente ve cada vez más las cosas malas que le rodean sin importarles un mínimo. La sociedad se queda callada, muy pocos levantan su voz y los demás se dedican a lo suyo.

Te escribo esta carta hablando de un tema en específico.

La matanza de ballenas piloto y delfines en las islas Faraoe en Dinamarca. Esto ya lo he hablado con mi abuelo Ruben Arvizu que me motivó e inspiró para hacerte esta carta. Este tema no es algo fácil de hablar ya que esto sucede en la culta Dinamarca donde miles de indefensas y hermosas ballenas piloto y delfines son masacrados. Yo veo, con lágrimas, fotos de niños sentados en las ballenas destrozadas, es un mar de sangre. Son como 100 metros de ballenas muertas a hachazos y la gente sonriendo como si les hubieran contado un chiste.

Me siento muy contento de ser tu amigo y he leído tu libro Mi Padre el Capitán. Sé que tú no eres de los que se quedan callados ante estos hechos tan horribles. Igual lo hacía tu querido papá, Jacques. Si muchos no hacen nada, pues nosotros hagamos algo para que los demás actúen.

Así que te escribo esta carta para que me digas cómo podemos detener esto de una vez por todas. Te manda un saludo y un abrazo. Yago

En 1868 el ballenero Noruego Svend Foyn inventó un fusil con arpón, el cual tenía en la punta una granada explosiva. Así una industria alguna vez productiva se convirtió en destructiva. El desarrollo tecnológico desató una cacería atroz contra algunas especies de estos mamíferos marinos llevándolos casi a la extinción, lo que desencadenó la preocupación por crear mecanismos jurídicos internacionales para su protección.

Este artículo es mi granito de arena para contribuir en la causa de Yago, Hemos demostrado que sumando voluntades se logra lo que creímos imposible. El corazón roto de un niño debe ser el motor. Salvo su mejor opinión.

 

 

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José Cárdenas