Como cada año, miles de adultos mayores llenaron el Palacio de los Deportes para bailar, ahora fueron más de 100 mil; una fiesta que por tradición el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) prepara para ellos.
Momento en el que olvidaron los problemas económicos, físicos y de atención que sufre este sector de la población que aumenta aceleradamente en el país.
«Más de 12 millones, estamos hablando de un porcentaje altísimo y un país que va envejeciendo día con día», dijo Araceli Escalante, directora del Inapam.
Envejecer en México no es lo mismo en todo el país ni es igual para todos.
«Para nosotros los de la tercera edad, está muy difícil la vida», dijo la señora Faustina.
Entre otros problemas, la vejez va de la mano de una pensión que no alcanza.
«Soy pensionada, me dan 2 mil 100 pesos al mes, ¿qué voy a hacer al mes con ese dinero?, no me alcanza, hay que pagar renta, comprar gas, luz, bueno todo, me he querido ir a trabajar pero ya no nos dan trabajo», destacó Faustina.
Según la OCDE, en México un jubilado tiene una pensión del 25 y 35% de su último salario, cuando el nivel que recomienda para tener una vejez digna es por lo menos 75 por ciento.
Faustina se jubiló como obrera, era jardinera.
Las pensiones de los adultos mayores apenas cubren sus necesidades elementales, por eso la mayoría se encuentran en altos niveles de pobreza.
En 2010 se identificaron 6.4 millones de hogares con al menos un adulto mayor, de los cuales 4.5 millones albergaban adultos mayores sin pensión ni jubilación.
José Reyes destina alrededor de 700 pesos mensuales para comprar medicinas, porque no cuenta con un sistema de salud, vive de las propinas que recibe como empacador en una tienda.
«Sólo cinco horas porque no nos dan más permiso. Son tres turnos, en la mañana, tarde y noche. Somos muchos, nos dicen niños», destacó el señor Reyes.
Sedesol elaboró un diagnóstico de este sector de la población y la principal conclusión es que la insuficiente cobertura de los sistemas de pensiones, el limitado acceso a los servicios de salud de calidad y la escasa cultura de prevención de enfermedades, son factores que agravan la vulnerabilidad que tiene un adulto mayor al final de su vida productiva, debido a las enfermedades crónicas y la reducción de la funcionalidad que tienen.
Fuente: Noticieros Televisa