Ante el secuestro de Alfredo Guzmán, uno de los hijos del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán, que se dio el pasado lunes en Puerto Vallarta, el analista en materia de seguridad, Ricardo Ravelo, dijo que esto muestra una guerra abierta entre los cárteles de Sinaloa y Nueva Generación.

Resaltó el también periodista que Sinaloa ha enfrentado bajas como la desaparición o autodesaparición de Juan José «El Azul» Esparragoza y la recaptura de Joaquín Guzmán Loera, de tal suerte que esas bajas han abierto una disputa por el control de esa organización criminal, por los territorios que tenía «El Chapo» en el norte el país.

Recordó que esos cárteles fueron aliados, «Nueva Generación surge hace más de un lustro como un brazo de Sinaloa, que originalmente se finco en Jalisco, fue ampliando sus dominios, actualmente se considera que es una de las organizaciones que más ha crecido en México, de 2007 a la fecha, en muy poco tiempo ha extendido sus dominios en gran parte de la República Mexicana; el último dato señala que por lo menos tiene presencia en 10 estados del país porque sigue haciendo alianzas con otros grupos».

Asimismo, indicó Ravelo, Nueva Generación rompió todo vínculo con Sinaloa, se independizó, fue algo similar a lo que pasó con Los Zetas que se deslindaron del Cártel del Golfo.

Indicó que existe otra versión «que no se puede descartar y que pueda ser parte de esta guerra del grupo que parece que está controlando Rafael Caro Quintero, que es un grupo que parece que está disputando el territorio al «Chapo» Guzmán en Sinaloa y gran parte del norte del país.

Ricardo Ravelo comentó que ante el vacío de poder que existe tanto en el gobierno como en el orden criminal, hoy no existe control en ninguno de ellos, «por eso su población se vuelve presa de esos grupos que se disputan el poder del crimen organizado».