Luis Miguel González, director de El Economista, comparó los daños ocasionados por los bloqueos y plantones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), con la devastación que ocasionó el huracán Odile, en Baja California en 2014, que «dejó daños por 10 mil millones de pesos, mientras que con los bloqueos se manejan cifras como de 4.2 mil millones o 5.7 mil millones de pesos».

En entrevista con José Cárdenas resaltó que mientras un huracán puede durar hasta dos días, los bloqueos de la CNTE llevan 83, «y no hay para cuándo empezar a hablar de reconstrucción, en zonas en donde el tejido económico está dañándose».

Destacó que las afectaciones más graves son a pequeños y microempresarios, ubicados en Oaxaca, y es por ellos y por las pérdidas generadas a las grandes empresas, que el sector privado exige una atención del Gobierno Federal.

El periodista expresó que en estados del sur del país las pérdidas alcanzan a los alimentos perecederos, que en suma generan una pérdida de alrededor de siete mil millones de pesos como lo señala de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicio y Turismo (Concanaco-Servytur).

«De ninguna manera estamos en contra del derecho a manifestarse, pero lo cierto es que es claro que estamos en un contexto, donde este derecho entra en fricción con otros derechos, y eso es el por qué este tema tiene que verse desde otra óptica».

Señaló que la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) son la voz de los pequeños empresarios, y «ellos son realmente la parte más vulnerable de nuestro tejido económico».