Usain Bolt se convirtió en tricampeón olímpico.
El jamaiquino se impuso en los 100 metros planos con tiempo de 9 segundos 81 centésimas, lejos de su récord olímpico, pero suficiente para arrasar a sus rivales. Nuevamente, el estadunidense Justin Gatlin se quedó atrás de Bolt. Se agenció la plata con tiempo de 9 segundos 89 centésimas.
A las 23.48 apareció Usain Bolt por la zona mixta del estadio, improvisado el suelo con piezas de plástico a modo de tetris y un calor insufrible por culpa de los focos. Tras él, carreras, empujones, cámaras que chocan y caen al suelo, no menos de 400 periodistas repartidos por una serpiente de vallas que sujetan como pueden los voluntarios cuando Usain se para.
En una presentación al más puro estilo NBA, con los participantes entrando en el estadio de uno en uno, Bolt caminó hasta su sitio. «Me han temblado las piernas en ese momento», confesó. Tras los preámbulos, el estadio en silencio, rogado en las pantallas, estropeado por un helicóptero. ‘On your marks’¡Pum! La pistola.
Y Bolt hizo historia con todo el estadio en pie, y después de correr anduvo para dar la vuelta al estadio. Y bailar. Y abrazarse con la mascota. Y besar a la familia. Y quitarse las zapatillas para saludar. Alguien les echó el ojo (a las zapatillas). Pero volvió a por ellas. «Son mis últimos Juegos, quiero guardarlas». Y se hizo un selfie con las del heptatlón, y cuando ya se iba…. Cuando se iba, descalzo, pidió atención e hizo el arquero. El estadio se estremeció.
Fuente: El Mundo