El último ejemplo de la tendencia es el informe Vida futura, que fue publicado por la división SmartThings (Cosas inteligentes) de la empresa Samsung. Realizado por un equipo de arquitectos, urbanistas y científicos de diversos campos, los pronósticos se basan en el desarrollo de la «Internet de las cosas», la tecnología que está revolucionando la manera en que se relacionan el mundo físico y el digital. La posibilidad de manejar sensores de movimiento y humedad, termostatos y parlantes mediante un celular son en ese sentido ejemplos primarios de todo lo que se puede lograr con esta tecnología.
Entre los puntos salientes a considerar se encuentra sin duda la evolución de las ciudades. En 2014 se registró que el 54% de la población mundial es urbana, y ese número solo irá en aumento: 1,63% en promedio por año entre 2015 y 2030. Avances en la tecnología constructiva, como los compuestos de nanotubos de carbono de cemento, que ofrecen mayor resistencia que el hormigón armado, permitirán hacer rascacielos cada vez más altos y esbeltos. De la misma manera, se podrá construir el equivalente hasta 25 niveles bajo la tierra.
Los desarrollos en torno a la captación de energía solar podrían ser potencialmente útiles para edificar comunidades enteras bajo agua. Mediante células fotovoltaicas se podrá desalinizar el agua, y a través de la electrolisis separar el hidrógeno, que podrá ser usado como combustible, del oxígeno, indispensable para respirar. La fuerza de la corriente también será una potencial fuente de energía.
Los avances en nanotecnología, biotecnología, ciencia molecular y de computación abren el camino a una existencia donde lo físico se fusiona con lo artificial, dando paso a una era que los autores del informe llaman del «transhumanismo». A través de la inteligencia artificial, es posible imaginar escenarios que parecen salidos de un episodio de Black Mirror, como poder guardar recuerdos en un dispositivo externo o controlar maquinarias y aparatos de forma telepática.
El transporte aéreo masivo, un pronóstico que la película Volver al Futuro 2 imaginó como plausible en este siglo, se hará realidad recién en el que viene. El mejoramiento de la tecnología de drones hará que sean el medio de transporte más usado, e inclusive serán capaces de mover casas y módulos de vivienda de manera tal de siempre tener donde alojarse.
La posibilidad de descargar diseños de muebles para fabricarlos con una impresora 3D no es algo con lo cual la mayoría se sorprenda, ya que en algunas instancias ya es algo posible. Lo que seguramente llegue como una sorpresa será la posibilidad de descargar recetas de chefs y restaurantes, los cuales podrán ser materializados mediante una impresora de este tipo.
El teletrabajo hace tiempo que es una modalidad existente, y es más que probable que su tendencia alcista no se detenga. Lo que la tecnología futura seguramente mejorará es la calidad de la interface entre colegas y compañeros laborales. Los autores del informe pronostican que el uso del holograma se convertirá en el método más utilizado para comunicarse. Así se podrán tener entrevistas y reuniones «cara a cara», sin importar la distancia física entre las personas.
De la misma forma, el historial médico de cada persona estará integrado en el registro de su casa, y mediante tecnología de escaneo instantáneo, se podrá determinar rápidamente cuál es la dolencia o enfermedad de un paciente, y qué hacer para curarlo.
Gran parte de todo esto suena a ciencia ficción, pero lo hay que tener en cuenta que si a una persona del 1900 se le hubiese contado cómo luciría el 2000, probablemente hubiese dicho lo mismo.
Fuente: Clarín