“Quería dejar en claro que no encuentro esa línea que nos divida a nosotros entre Gloria Trevi o Chabelo”, añade el autor, porque generamos contenidos, con texto en imagen y sonido, nos presentamos a un público, entramos al mercado, entramos a la oferta y demanda, no veo la línea si es que una vez la hubo. “El siglo XX se caracterizó por esa idea que viene de la ilustración del concepto de bellas artes para separarla de las artes populares. Eso es un equívoco”, señala.
Friquis cuenta la historia de cómo Tania Monroy, la llamada Diva de México, una actriz de televisión que de joven interpretó en la pantalla chica el papel de cabaretera, es asediada por los reporteros de espectáculos, especialmente por los de la revista Farándula, después de que su veinteava cirugía plástica terminara en la pérdida de su nariz.
“Estaba en la redacción del libro cuando el actual presiente comenzó su campaña electoral, no en los noticieros convencionales ni a partir de las plataformas de sus partidos políticos, sino en los noticiarios de espectáculos, en el noti chisme con los preparativos de su boda. El político se convierte en una retorcida figura del pop en el momento en que las televisoras se hacen cargo del negocio electoral, convierten a la democracia en una industria pujante y multimillonaria”, destaca Lobo.
Después de que la vedete fue fotografiada por un paparazi, el cual le vende las imágenes de su rostro sin nariz al directivo de Farándula: Mac Cervantes, la mujer acude a sus viejos amigos, algunos políticos y otros prófugos de la policía, para que acallen a los reporteros, logrando que el error de cirugía se convierta en una novela televisiva en forma de reality show.
“Ocurren dos cosas: las televisoras se vuelven las instituciones rectoras de nuestra vida pública y son quienes se arrogan la facultad de enunciar nuestra realidad, de decirnos qué pasó, qué sucedió y cómo sucedieron las cosas, la narrativa y la sintaxis de nuestra vida contemporánea se descifra a partir de las pantallas. Por eso en un momento en la novela, Mac Cervantes dice: si no sales a cuadro no existes, sino te subordinadas a los intereses de las grandes televisoras no estás en el juego político”.
Entonces, agrega, en el momento en que los políticos delegan su trabajo a las áreas de prensa y propaganda para contratar compañías de publicidad, en ese momento el político se convierte en una figura chafa de la industria del espectáculo.
Fuente: Crónica