«Aunque una visión tan ambiciosa puede parecer imposible, el espíritu olímpico nos llama a estar a la altura del desafío», dijo Ban en un comunicado, en el que recordó que la idea de los Juegos es siempre ir más allá de los límites que se creen posibles.
«Con ese mismo espíritu, llamo a las partes beligerantes a desplegar los mismos esfuerzos para silenciar las armas en los campos de batalla que los deportistas para conquistar medallas», señaló.
El jefe de Naciones Unidas subrayó que una pausa en los combates «manifestaría los valores que los Juegos buscan promover: respeto, amistad, solidaridad e igualdad».
Ban recordó que estos Juegos ya están haciendo historia al ser los primeros en celebrarse en Latinoamérica e incluir un equipo de refugiados, que dará a atletas que se han visto obligados a dejar sus hogares la oportunidad de competir.
El diplomático coreano alabó esa iniciativa del Comité Olímpico Internacional y confió en que sirva para recordar al mundo que debe hacerse más para responder a las causas que fuerzan el desplazamiento de personas, principalmente los conflictos armados.
Ban, además, recordó al fallecido Mohamed Ali como un símbolo del poder de los deportes para movilizar al mundo y de cómo los atletas pueden ser también defensores de la justicia.
«Inspirados por su ejemplo, presionemos a todas las partes de guerras a dejar las armas desde el séptimo día antes del comienzo de los XXXI Juegos Olímpicos de Verano hasta el séptimo día tras el fin de los XV Juegos Paralímpicos de Verano», dijo el diplomático.
«Que la serenidad de la Llama Olímpica silencie el sonido de los disparos», concluyó su mensaje.
Fuente: Crónica