Antonio Canova (1757-1822) fue continuador de una milenaria tradición estética grecolatina, que comenzó con Miguel Ángel Buonarroti y le permitió al artista tomar esos ideales para esculpir esa belleza antigua.
Hoy algunas de sus obras están por primera vez en México para dar cuenta al público de cómo se valió del mito para crear figuras humanas con aspecto tranquilo, belleza y serenidad, a través de la exposición Sensualidad y belleza.
Desde hoy el público podrá ver en el Museo Nacional de San Carlos 5 esculturas y 13 grabados, pertenecientes al acervo del Museo Canova (Possagno, Italia) que por primera vez salen de ahí, así como la escultura Cabeza de bailarín, del museo de San Diego.
Pero también hay 29 fotografías hechas por Mimmo Jodice (1934), quien se ha dedicado a viajar por los museos en donde hay obras de Canova para fotografiarlas con diferentes técnicas que hacen resaltar los detalles estéticos de estas piezas.
Fuente: Crónica