Ana Paula Ordorica
Cleveland, Ohio.- Arranca la Convención Nacional Republicana en medio de una ciudad preocupada por la seguridad. Los recientes ataques a agentes de la policía en Dallas y en Baton Rouge pueden repetirse en esta ciudad que debería estar en ánimo de fiesta para el candidato del ‘Grand Old Party’, del Partido Republicano.
Usualmente las Convenciones están rodeadas de optimismo y de delegados dispuestos a todo para que el candidato de su partido sea el ganador en la elección de noviembre. Pero qué contraste en esta ocasión. En lugar del optimismo de «Es de mañana en América» (slogan de la campaña de Reagan) y «Sí podemos» (slogan de Obama), el slogan de Donald Trump contrasta por la furia y el pesimismo: «Hacer América grande DE NUEVO«.
No estoy acostumbrada a ver a un Estados Unidos pesimista y enojado. ¿Qué es lo que ha generado esta división tan tajante? En lugar de un Estados Unidos parece que llego a dos países en donde hay ciudadanos de derecha y ciudadanos de izquierda que refuerzan sus posturas extremistas en los medios que leen, que ven; en las redes sociales que utilizan; en las amistades que frecuentan y en los políticos que escuchan.
Esta semana tocará el turno a Donald Trump. Al magnate experto en traer cualquier tema a la mesa – entre más políticamente incorrecto, mejor – con la consigna de que «hay quien dice que…».
Un experto en el manejo de audiencias, Trump promete que la Convención de Cleveland será todo un show en donde quedará claro que él es quien puede regresar a este país su grandeza perdida. Algo muy al estilo de lo que Putin le vende a los rusos; Chávez y Maduro a los venezolanos e incluso Erdogan a los turcos.
El escenario de la Convención es la Quicken Loans Arena, casa de los campeones de la NBA, los Cleveland Cavaliers. Se ha trabajado para dejarlo impresionante en términos visuales, con una mega pantalla de mil 711 pies cuadrados y 647 luces movibles que buscarán sorprender a los presentes y a quienes vean la convención por televisión.
El problema ha sido buscar a quien pueda pararse al frente de ese magnífico escenario. Las élites del partido han decidido no asistir en reclamo con la candidatura de Trump. No estarán los ex presidentes republicanos vivos ni las figuras más respetadas del partido en lo que representa una característica nunca antes vista para este evento tan importante del partido.
Y es que para Mitt Romney, John McCain, George Bush padre e hijo, Jeb Bush, Marco Rubio y tantos otros que no han querido acudir a Cleveland es evidente que EUA no está lo mal que lo pinta Trump y que su discurso anti todo, racista, misógino y poco informado, está lejos de hacer de EUA un mejor país. Bueno, ni siquiera el gobernador de Ohio y ex rival de Trump en la primaria, John Kasich, acudirá a la Convención aunque sea en su estado.
La plana de oradores se había prometido para el 7 de julio y apenas al momento de escribir esta columna es que se puede acceder a quienes hablarán. El turno estelar el primer día será para la esposa de Trump, Melania, en un día complicado ya que los anti Trump tienen solo las horas previas a su discurso para empujar cambios en las reglas del partido que, entre otras cosas permitan a los delegados votar libremente y no forzosamente por Trump.
Esto puede explicar porque entre los oradores principales esté una mujer empresaria, Michelle Van Etten, que vende en plan piramidal un sistema nutricional de dudosa confianza, que pocos conocen y que es anunciada como una ‘pequeña’ empresaria que emplea a 100 mil personas -más que Apple en todo EUA. Ella tendrá un slot principal el próximo miércoles entre los oradores.
Así que Cleveland 2016 arranca con ánimo pesimista, violento, negativo y muy custodiado. Veremos que nos depara a lo largo de esta semana.
@AnaPOrdorica