Años intentando reflotar su línea tradicional de negocios con smartphones propios basados en sistemas operativos internos, BlackBerry –entonces aún llamada RIM– daba el salto a Android con un buen terminal: el BlackBerry Priv.
El terminal no cuajó en el mercado debido a un precio exorbitado y la falta de atractivo de sus opciones añadidas. Pocos quedan ya que decidan comprar un smartphone basándose en el software y servicios que los de Waterloo ofrecen a la competencia. El Priv sería el primero de “varios” smartphone con Android de BlackBerry, pero la falta de ritmo en fabricación y una eterna reestructuración, que va ya para cinco años y cuatro CEO distintos, ha hecho que BlackBerry se rinda.
Abandonó su sistema operativo basado en QNX, BB10, pero aún parecía querer sacar sus terminales. Ya no. O no al menos no “siempre”. Por primera vez BlackBerry pondrá en el mercado un smartphone fabricado por otra marca, en este caso Alcatel TCL.
El fabricante chino de smartphones originado de la separación del gigante de telecomunicaciones francés del mismo nombre, lleva un par de años ofreciendo terminales a buen precio a nivel internacional. La lucha de Alcatel está en las gamas baja y media-baja, y este acuerdo podría aumentar las ventas de unidades, pero a costa de haber perdido lo último que le quedaba, su orgullo.
Sin software propio y relegado a poner su maltrecha marca en terminales fabricados por otros, BlackBerry no es ya ni una desdibujada sombra del gigante que tan sólo en 2010 conseguía pingües beneficios y lideraba el mercado con aparente seguridad. Pasó de crear los smartphones que usaban los líderes mundiales y corporativos de todo el mundo a esto. La empresa dirigida por John Chen se une a Kodak, Nokia y tantas empresas que al menos servirán de ejemplo a evitar en escuelas de negocios de todo el mundo.
Fuente: Hipertextual