Con el aumento de esta población se incrementa la demanda de servicios relacionados con la salud, vivienda, pensiones y espacios urbanos que faciliten el tránsito de estas personas, expuso el organismo. Apuntó que en 2014, del total de adultos mayores (60 años y más) 26 por ciento tiene discapacidad y 36.1 por ciento posee alguna limitación, según datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID).
Explicó que el bono demográfico hace referencia al aumento de la población en edad productiva respecto a la población dependiente (menor de 15 años y de 60 y más años); dicho aumento provoca que la razón de dependencia disminuya. El Instituto mencionó que entre 1970 y 2000 su disminución fue notoria y pasó de 107.6 a 70.7 personas dependientes por cada 100 en edades activas. En los últimos años la disminución es menos pronunciada: en 2015 alcanza un valor de 60.9 personas dependientes por cada 100 en edades productivas, expuso.
Refirió que para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), es importante generar un contexto en el que se obtengan beneficios de ese bono demográfico. Este organismo hace hincapié en algunas acciones que resultan estratégicas para lograr este objetivo y tienen que ver con: prolongar la edad a la primera unión y el primer embarazo; aumentar el nivel educativo; mejorar los servicios de salud reproductiva, y disminuir la violencia de género.
Por otra parte, el INEGI menciona que hay que superar el contexto de la unión y la fecundidad tempranas. Informó que en México, datos de la Encuesta Intercensal 2015 indican que la mayoría de las adolescentes de 15 a 19 años son solteras (83 por ciento), 11.5 por ciento viven con su pareja en unión libre, 3.9 por ciento se encuentran casadas y 1.1 por ciento son ex unidas. Sobre sus pautas reproductivas, en 2015, 12.7 por ciento de las adolescentes han tenido al menos un hijo nacido vivo, y de estas 89.5 por ciento no asisten a la escuela; 17.5 por ciento se encuentran solteras, 74.7 están unidas o casadas, y de este último grupo de mujeres, en 6.2 por ciento de los casos el cónyuge no reside en el hogar. “No asistir a la escuela o no tener el apoyo del cónyuge vulnera aún más la situación de las adolescentes”, subrayó el Instituto.
En materia laboral, apuntó que en México se presentan algunos aspectos que deben mejorar, uno de ellos es disminuir el desempleo. Reportó que durante el primer trimestre de 2016, la tasa de desocupación en los jóvenes de 15 a 24 años es de 8.2 por ciento, es decir, el doble a la tasa estimada a nivel nacional para la población de 15 y más años (4.0 por ciento). Otro de los problemas que enfrenta la población joven al momento de buscar trabajo es la falta de experiencia laboral: 23.2 por ciento de la población de 15 a 24 años que están desocupados no cuenta con esta experiencia, agregó.
El INEGI refirió que la vulnerabilidad en el trabajo se manifiesta de muchas formas y una de ellas es el trabajo informal: 57.4 por ciento de la población ocupada se encuentra en este contexto, y entre los jóvenes de 15 a 24 años aumenta a 68.2 por ciento. Por otra parte, señaló que, 3.5 por ciento de los niños de 6 a 14 años no asiste a la escuela, mientras que 37.3 por ciento de los adolescentes de 15 a 19 años se encuentran en la misma situación, de acuerdo con la Encuesta Intercensal. El organismo expuso que en 2014, datos del Coneval indican que 42.4 por ciento de la población tiene algún grado de inseguridad alimentaria.
Fuente: 20 Minutos