Quien lo padece puede quitarse el cabello de manera esporádica o pasarse horas haciéndolo; sin embargo, hay personas que se arrancan el vello de otras zonas como cejas, pestañas y corporal, subrayó la especialista quien observó que este trastorno afecta del 0.6 al 1 por ciento de la población mundial y se presenta principalmente en personas jóvenes de ambos sexos.
Mencionó que algunos pacientes con tricotilomanía sienten la urgencia irresistible e inconsciente de arrancarse el cabello seguida de una sensación de alivio, lo hacen mientras ven la televisión, están acostados, escuchan música o estudian.
El tratamiento, subrayó Lóyza Mendoza, involucra la parte farmacológica, psiquiátrica y psicológica, para determinar la causa del trastorno y otorgar una terapia que permita revertir este hábito; indicó que de acuerdo con el caso se pueden utilizar métodos de barrera como cintas especiales en los dedos, gorras y diademas que los controle, y resaltó que las personas pueden tener serias complicaciones cuando se comen el cabello arrancado (tricofagia), al ocasionar obstrucción en los intestinos.
Fuente: Criterio Hidalgo