No todo son malas noticias para el océano. Un grupo de científicos de la Universidad de Vermont cree que el futuro del mar tiene una esperanza: la recuperación de las poblaciones de ballenas.
El aumento en la caza comercial de las ballenas disminuyó sus poblaciones del 66% al 90% explican en un estudio publicado en Fronteras en Ecología y Medio Ambiente. Esta disminución en las poblaciones de ballenas, alteró la estructura y función de los ecosistemas marinos, explica Joe Roman que lidera el grupo de científicos.
Ahora en recuperación hay dos funciones de las ballenas que ayudan a la salud de los océanos creando un más estable medioambiente: la defecación que produce cambios en el pH del océano que remueve cientos de miles de toneladas de CO2 de la atmósfera. Estabilizan el “stress marino” creando un sistema buffer que ayuda también a la floración masiva de algas, que también secuestran carbono.
Hace unos años Tonny Wu y su equipo buceaban en las costas de Siri Lanka cuando encontraron agregaciones de unas cien ballenas de esperma (Physeter macrocephalus). Las ballenas se frotaban unas contra otras para quitarse parásitos y defecaban cerca de la superficie chorros de popó rojo.
Tomaron muestras e hicieron hipótesis. Al principio pensaban que tenía que ver con la limpieza de parásitos en su cuerpo, pero encontraron junto al estudio posterior de Roman (Whale as marine ecosystem engineers, 2014) y su equipo que es mucho más amplio, ayudan a la salud de los océanos y a estabilizar el pH.
Las Ballenas se dividen en ballenas dentadas (cetáceos) y ballenas barbadas (mysticetos). Las ballenas de esperma son cetáceos y junto a varios mysticetos se conocen como grandes ballenas que incluye a los animales más grandes que habitan la tierra.
Tienen demandas metabólicas altas y se agregan en grandes grupos poblacionales, demandan gran cantidad de peces e invertebrados y afectan los ecosistemas, Son además presas de grandes depredadores como el tiburón blanco o las orcas, son reservorios horizontales y verticales de nutrientes. Así que la restauración de sus poblaciones afecta la estructura y función de los océanos, escriben Roman y sus colaboradores.
Hace 21 años escribí un artículo que me publicó el Uno más Uno de Becerra Acosta, La tía Julia y el depredador en referencia a la construcción de muelle de cruceros de Puerta Maya en Cozumel que era construido sobre el arrecife más popular de la isla, Puerta Maya.
Diversas organizaciones ecologistas en esa época interpusieron una serie de acciones legales para intentar frenar la construcción del muelle para cruceros. La argumentación fue que la falta de aplicación efectiva de la legislación en materia de impacto ambiental hacía ilegal el procedimiento. La queja fue llevada a arbitraje en la Comisión de Cooperación Ambiental, CCA derivada del TLC entre Canadá, EU y México.
El resultado fue la modificación del proyecto, se impusieron 64 condicionantes y así mismo se negaron otras obras como un club de golf, hoteles, un centro comercial entre otros por considerarse causarían daños a los ecosistemas de la zona. Este proceso llevó a la creación de Parque Nacional Arrecife de Cozumel, PNAC y la elaboración de su Plan de Manejo. Hoy publicamos un desplegado contra la construcción de un 4º muelle de cruceros en Cozumel. 21 años después continuamos la lucha.
Hoy el PNAC junto al Parque Nacional Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc cumplen 20 años de vida. Felicidades a Cristopher González Baca, Jaime González Cano, sus guardaparques, educadores ambientales, difusores y administrativos que hacen un excelente trabajo en favor de la conservación. Los que hemos trabajado ahí tenemos puesta la camiseta y la portamos con orgullo.
A pesar que no comulgamos y nuestro quehacer es criticar lo que nos e haga bien, con la actual administración de los “mirreyes” en la conservación (SEMARNAT, CONAGUA, CONANP, PROFEOA), conocemos de cerca el trabajo de los parques y a pesar de sus fallas han realizado una excelente labor en la conservación de estos sitios que tienen una presión tremenda por estar situados en dos puntos turísticos masivos por excelencia: Cancún y Cozumel.
La otra es que en todos los lugares en que he trabajado durante casi 45 años de vida laboral, es en el PNAC donde más me han hecho producir y donde más he aprendido. Sobre desarrollo sustentable, conservación, educación y difusión ambiental, sobre leyes y reglamentos, sobre corales, peces, usuarios, prestadores de servicios, etc.
Los actores que confluyen en el entorno al Parque Marino, tanto en Cancún como en Cozumel son los más conflictivos y guerrosos. Son muy críticos y poco proactivos aunque claro existen honrosas excepciones.
Sin la presencia del PNAC o en manos de “las fuerzas vivas” locales ya se hubiera sobrepasado su capacidad de carga, existirían los compadrazgos y la repartición de los bienes que son de todos los mexicanos. Gracias a las ANP´s y hemos criticado muchas veces su accionar no hay una explosión masiva en Cozumel de inmuebles en la zona del Parque Nacional.
Siempre decimos que el gran usuario del Parque no son los turistas, sino la ciudad que vierte basura, plásticos, aguas negras, deforesta en su rápido crecimiento la selva, los manglares y dunas afectando al ecosistema arrecifal que es de donde vivimos.
El turismo que viene a Cozumel no es de sol y playa, es de arrecife, Las playas blanquísimas y suaves como talco en Quintana Roo son de origen biogenésico, provienen de las loras, los corales y las algas calcáreas. Tenemos turismo de arrecife.
Esta semana acudimos rumbo a COP 13 de Biodiversidad a un Foro Q Roo Biodiverso organizado por Sustentur de Vicente Ferreyra donde un panel de expertos habló sobre biodiversidad, los retos, su papel en el bienestar humano. Se tocaron cuatro temas básicos para el uso y conservación de la biodiversidad: pesca, turismo, materia forestal (deforestación, reforestación, uso de suelo) y agricultura.
Algunos panelistas tocaron temas medulares y sensibles: “El sistema económico mundial financia la deforestación, no la reforestación comenzó el Dr. Bern Neugenbager, me llaman Del Monte porque no pueden decir mi apellido”.
En turismo el maravilloso ejemplo del Hotel Mayacobá, pero eso da para todo un artículo posterior. Debe ser un ejemplo de construcción y turismo sustentable en la Riviera Maya. Es un oasis para las especies desplazadas por otras construcciones. Han aumentado la flora y la fauna locales conservando la integralidad del manglar.
La productividad no es reducir, es producir más. Y esto se aplica respecto a las pesquerías. Jean Michel Cousteau y Sylvia Earle propusieron en diciembre pasado en su visita a Cozumel que no se extraiga un solo pez silvestre más. Que todo sea producido en granjas.
Damián Gómez, presidente de la Red de Turismo Comunitario de la Zona Maya dijo: “mi abuelo me enseño que vivimos de la naturaleza, no del negocio. Si cortas un árbol siembra tres. No necesitamos lujos, el lujo está acabando con todo. Mi abuela me decía chamaco cuida el agua, algún día la vas a necesitar. Ahora que me venden una botella de agua en 20 pesos digo ¿abuelita dónde estás? Visítenos en la zona maya y van a aprender a amar y cuidar la naturaleza”.
¿Y usted querido lector que ha hecho hoy por conservar la biodiversidad?