El mecanismo por el que sucedió esto es descrito por investigadores en la revista Proceedings de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos (Pnas). Los expertos estiman que entre el 10 y el 15% del petróleo derramado se hundió hasta el fondo marino del Golfo de México.
Allí puede ingresar a la cadena alimenticia y así dañar a peces y corales. Según los investigadores, las sustancias tóxicas permanecieron durante meses después de la catástrofe de 2010 por debajo de la superficie marina, donde se unieron a pequeñas algas microscópicas y otros sedimentos, como ocurre con el polvo hogareño, que forma pelusas.
Como una especie de «nieve», estas sustancias tóxicas para el medio ambiente se hundieron luego en la profundidad. «Sabíamos que las sustancias nocivas del petróleo eran llevadas hasta el fondo por esta ‘nieve marina’, pero lo que no esperábamos era que las sustancias tóxicas permanecieran tanton tiempo en el agua», dijo el principal autor del informe, Beizhan Yan, del Observatorio Terrestre de Lamont-Doherty en la Universidad de Columbia.
Él y sus colegas hablan de una «ventisca sucia». Los resultados demuestran que los efectos ecológicos de la marea negra pueden perdurar más tiempo del que se creía hasta ahora. Para la investigación el equipo de expertos instaló en el Golfo de México a 1 500 metros de profundidad y unos 100 metros por encima del fondo marino una llamada trampa de sedimentos. Alejada unos siete kilómetros de la fuente petrolera, ahora cerrada, esa trampa interceptó desde agosto de 2010 y durante 14 meses las partículas que se iban hundiendo en el agua.
La plataforma ‘Deepwater Horizon’ explotó en abril de 2010. Durante meses no se pudo contener la fuga de crudo. Según estimó un tribunal estadounidense, 3,19 millones de barriles de petróleo (de 159 litros cada uno) se derramaron en el mar. Once personas perdieron la vida en el grave accidente.
Tras la catástrofe, las impresionantes mareas negras desaparecieron del Golfo de México de diversas maneras. Equipos de rescate aspiraron el crudo de la superficie marina y lo quemaron o disolvieron con químicos. En parte, el petróleo fue llevado hasta la costa por el agua o descompuesto por bacterias. «Pero de una gran parte, posiblemente un cuarto, no se sabe nada», escribieron Yan y sus colegas. Su presunción es que fue a parar al fondo marino. Hasta ahora los expertos suponían que las sustancias tóxicas halladas en el fondo marino provenían de fuentes naturales de crudo. Yan y sus colegas, sin embargo, pueden demostrar que los hidrocarburos en el agua provienen del mismo tipo de crudo pesado que el que se derramó durante meses desde la plataforma petrolera. Los expertos encontraron en sus investigaciones las sustancias bario y olefina, que tienen un papel en las perforaciones de petróleo.
El hecho de que en las pruebas apareciera junto a residuos del crudo y de los incendios también la sustancia dañina bario fue un «shock», dijo Yan. Y es que originalmente se creía que esta sustancia se desintegraba rápidamente en las zonas de perforación.
Fuente: El Comercio