“La pérdida de su hábitat debido a la actividad minera, el envenenamiento accidental, el saqueo de nidos y su persecución por cazadores furtivos, por mencionar algunas, llevaron en 2007 a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales a elaborar una estrategia para conservar el Águila Real”, de acuerdo con datos del FMCN, citados por la Organización No Gubernamental (ONG) “Vida, Interacción, Trabajo, Ambiente” (VITA).
El Programa de Acción para la Conservación de Especies (PACE): Águila Real, describe una serie de actividades y acciones encaminadas a garantizar la conservación de la especie, añaden las referencias.
Para apoyar este esfuerzo, el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), en coordinación con organizaciones de la sociedad civil y la academia, iniciaron en 2009 una colaboración para recuperar las poblaciones de esta especie, así como difundir su importancia con el resto de los mexicanos, destaca la información.
No obstante, el documento resalta lo siguiente: “Actualmente, se estima que solo quedan alrededor de 100 parejas de águilas en el territorio mexicano”.
En otro aspecto, datos difundidos por VITA revelan que “desde los orígenes de la civilización mexicana, el Águila Real (Aquila chrysaetos canadensis) ha sido considerada como un símbolo celeste y la encarnación del sol y del fuego. En las culturas prehispánicas, era el ave de mayor estima; hoy se encuentra en la bandera, sobre el escudo de armas, como símbolo de la nación”.
En su hábitat natural, este rapaz juega un papel fundamental como depredador manteniendo el balance de otras especies en los ecosistemas áridos y semiáridos que se encuentran en las montañas y llanuras de México y Estados Unidos”, señala el reporte revelado por dicha ONG.
Fuente: El Sol de México