Klaus Meine, Rudolf Schenker, Matthias Jabbs y Pawel Maciwoda se reencontraron con una fanaticada fiel que echó de menos al baterista James Kottak, cuya ausencia es un misterio.
Afortunadamente el bombo y platillo estuvieron en buenas manos gracias a Mikkey Dee, exintegrante del desaparecido Mötorhead, quien recibió los honores de los metaleros de hueso colorado.
Make it Real, The Zoo y Coast to Coast los vieron tocar las guitarras en fila, mirando los rostros de un público en pista que, desde luego, fue el más prendido.
La mayoría de la audiencia estaba conformada por señores de la vieja escuela, melenudos, canosos, desaliñados y con pantalones de cuero , que desde el primer momento se mostraron dispuestos a roncanrolear como en los viejos tiempos.
Sin embargo, la sangre nueva también se hizo presente, y se encargaron de inquietar la parte delantera de la pista, pues eran los únicos que saltaban y agitaban su cabello mientras los veteranos disfrutaban los riffs de los alemanes con su cerveza en la mano.
Las dos horas ponzoñosas terminaron con los clásicos: Still Loving You y Rock You Like a Hurricane.
Fuente: Excélsior