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«Mi primer pensamiento fue, Dios mío, voy a morir»

Publicado por
Aletia Molina

Docenas de cadáveres fueron retirados lentamente durante la noche de un popular club nocturno gay de Orlando después de que un hombre balease a una multitud indefensa con una lluvia de balas que mató a 50 personas y conmocionó a una ciudad conocida por sus parques temáticos familiares.

Cuando el atacante abrió fuego en la madrugada del domingo, interrumpió de forma brusca una noche de copas, bailes y espectáculos de transformismo en una discoteca conocida por su tolerancia hacia todo tipo de público.

El sospechoso, Omar Mateen, entró al recinto armado con un fusil AR-15 y disparó sin descanso 20 rondas, 40, 50 y luego más, según las autoridades. En un espacio tan reducido, las balas difícilmente erraban. Disparó a la policía. Tomó rehenes.

Cuando cesaron los disparos en el Pulse Orlando, 50 personas habían perdido la vida y docenas más presentaban heridas graves en el peor tiroteo masivo en la historia reciente de Estados Unidos. Mateen, quien según las autoridades había jurado lealtad al grupo extremista Estado Islámico en una llamada al teléfono de emergencias 911 antes del ataque, falleció en un intercambio de disparos con miembros de los equipos especiales SWAT.

Las autoridades se preguntan si fue un acto de terrorismos e investigan el entorno de Mateen, un ciudadano estadounidense de 29 años de Fort Pierce, en Florida, que trabajó como guarda de seguridad.

Su padre recordó como su hijo se molestó cuando vio a dos hombres besándose en Miami y dijo que esto podría estar relacionado con el asalto.

Treinta y nueve personas fallecieron en el interior de la discoteca, y 11 más en hospitales, explicó el alcalde de la ciudad, Buddy Dyer.

El domingo por la noche, operarios sacaban del club en camillas, y de cuatro en cuatro, los cuerpos para meterlos en camionetas blancas. La operación se repetía una y otra vez. Los cuerpos fueron trasladados a la oficina del forense del condado.

Jon Alamo llevaba horas bailando en el Pulse cuando entró en la sala principal de la discoteca justo a tiempo para ver al pistolero. «¿Han visto alguna vez como sostienen las grandes armas los marines, disparando de izquierda a derecha? Así era como él disparaba a la gente», dijo.

El responsable de la discoteca, Eddie Justice envió un mensaje de texto a su madre, Mina: «Mamá te quiero. Hay disparos en el club». Unos 30 minutos después, escondido en un baño, volvió a escribirle: «Viene. Voy a morir».

Al menos 53 personas fueron hospitalizadas, la mayoría en estado crítico, y un cirujano del Orlando Regional Medical Center dijo que era probable que la cifra de víctimas mortales suba.

Hasta el domingo, el tiroteo con más víctimas en Estados Unidos era el ataque al Tecnológico de Virginia en 2007, donde un estudiante mató a 32 personas antes de suicidarse.

La familia de Mateen procede de Afganistán, pero el joven había nacido en Nueva York. Su familia se mudó más tarde a Florida, según las autoridades.

En una llamada al número de emergencias 911 antes de perpetrar la matanza, Mateen había jurado lealtad al líder del grupo extremista Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, según un agente de la policía conocedor de la investigación y que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones al respecto.

La milicia radical no reivindicó oficialmente la autoría del ataque, pero su agencia de noticias, Aamaq, citó a una fuente no identificada diciendo que la balacera fue perpetrada por un combatiente de Estado Islámico.

Incluso aunque el agresor simpatizara con el grupo EI, no está claro si los extremistas habían planeado el asalto o conocían sus planes para atentar de antemano.

Mateen no era un desconocido para las fuerzas del orden: En 2013 realizó comentarios incendiarios a compañeros de trabajo y fue entrevistado en dos ocasiones, según el agente del FBI Ronald Hopper, que dijo que estas entrevistas no fueron concluyentes. En 2014, las autoridades hallaron que Mateen tenía vínculos con un suicida estadounidense, agregó Hopper, que describió el contacto como mínimo y apuntó que no suponía una amenaza en ese momento.

Omar Mateen, presunto agresor.

Preguntado por su el pistolero tenía relación con el terrorismo extremista islámico, Hopper dijo que las autoridades tenían «indicios de que el individuo tenía tendencias hacia eso».

Mateen compró legalmente al menos dos armas de fuego en la última semana aproximadamente, según Trevor Vleinor, del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en inglés).

En otro incidente ocurrido el domingo, la policía detuvo en California a un hombre fuertemente armado que dijo que iba a atacar un desfile del orgullo gay.

El tiroteo de Orlando comenzó alrededor de las 02:00 de la madrugada, cuando en el local había más de 300 personas.

«Tenía un rifle automático por lo que nadie tuvo una oportunidad», dijo Jackie Smith, que vio como dos amigos que estaban a su lado recibieron disparos. «Yo solo intenté salir de allí».

El club Pulse difundió en su página de Facebook alrededor de las 2 de la mañana: «Todos salgan de Pulse y no paren de correr».

El atacante se enfrentó a tiros con 14 agentes policiales en el club y, en un momento dado, tomó rehenes, dijo el jefe de la policía, John Mina. Alrededor de las 5 de la mañana, las autoridades enviaron a un equipo del cuerpo de élite SWAT para rescatarlos.

Poco antes de las 6 de la mañana actualizó su texto: «Tan pronto como tengamos alguna información, se las haremos llegar. Por favor oren por todos mientras superamos este trágico incidente. Gracias por sus pensamientos y su amor».

 Además del fusil de asalto, el atacante también llevaba una especie de «dispositivo sospechoso», dijo el jefe policial.

Personas lloran la muerte de las personas que se encontraban en el interior de  un popular centro nocturno.

Debido al ataque, los departamentos de policía en todo el país intensificaron los patrullajes en vecindarios frecuentados por la comunidad lésbico-gay bisexual y transexual (LGBT).

Las autoridades examinaban si la matanza fue un acto de terrorismo interno o internacional, y si el atacante actuó solo, según Danny Banks, agente del Departamento Policial de Florida.

«A mi parecer, este es un incidente al que sin duda podríamos clasificar como de terrorismo interno», declaró el jefe policial del condado Orange, Jerry Demings.

El padre de Mateen, Seddique Mir Mateen, dijo a la NBC News que su hijo había visto a dos hombres besarse hace un par de meses.

«Ofrezco mis disculpas por todo el incidente», declaró Seddique. «Estamos conmocionados, al igual que todo el país».

El agresor fue guardia de seguridad con la compañía G4S. En una carta fechada en 2012 la firma señaló que Mateen trabajaba en West Palm Beach. En un comunicado enviado el domingo al periódico Palm Beach Post, la compañía de seguridad confirmó que Mateen fue su empleado desde septiembre de 2007. Expedientes estatales muestran que el agresor tenía licencia para poseer armas de fuego desde al menos 2011 con vencimiento en 2017.

El presidente Barack Obama describió la matanza como un «acto de terrorismo» y un «acto de odio» dirigido contra un lugar de «solidaridad» y de fortalecimiento de los derechos de la comunidad lésbico gay. Obama exhortó a los estadounidenses a que decidan si este es el tipo de «país que queremos ser».

Fuente: El Debate

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Aletia Molina

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