Eso es más noticia, sin menospreciar las victorias del PAN, dos de ellas en estados gobernados durante 86 años por el PRI.
Se podrán hacer juegos malabares con cifras y palabras, pero la verdad es una y simple: los resultados electorales de anteayer ennegrecen el panorama del Partido Revolucionario Institucional para el 2018.
El mensaje de las urnas parece presagio irreversible, al menos eso mandan decir los electores de los siete estados perdidos por el tricolor.
Si por primera vez los ciudadanos de Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo y Durango se entregaron en brazos del PAN, y los de Chihuahua, Aguascalientes regresaron al partido de la “gente decente”, y Puebla se quedó “azulado”, tampoco es creíble verlos votar de otra manera en 2018.
Injusto sería no acotar que el PRI recuperó Sinaloa y Oaxaca y apenas conservó Zacatecas y Tlaxcala, y por mucho, Hidalgo.
Las razones para la tunda del PAN al PRI pueden ser muchas.
El líder tricolor, Manlio Fabio Beltrones –¿se esfuman las aspiraciones presidenciales del sonorense?– invita a su tribu a leer el mensaje del electorado; asume la necesidad del cambio para evitar otra debacle.
Otro gallo habría cantado al PRI si el gobierno de Peña Nieto hubiera satisfecho la principal demanda de los mexicanos: crecimiento, empleo, estabilidad económica, salud, menos violencia e inseguridad, necesidades aún insatisfechas; al peñismo se le ha bajado “la pila” –y la credibilidad– y desplomado en las encuestas, cuando le quedan menos de dos años para revertir negativos.
¿La jornada del domingo fue la suma de todos esos miedos?
Si el PRI quiere rehacerse rumbo a 2018 con su reserva de 25 por ciento de votos, deberá reinventarse; hacer algo casi milagroso cuando lo único que queda es prisa.
Si el tricolor no está preparado para la victoria, ¿estará preparado para la derrota?
¿Habrá tiempo?
”México ya habló”, pregona Margarita Zavala; ¿de hoy en adelante dominará la alternancia?
EL MONJE INQUIETO: ¿Las victorias del PAN se deben, entre otras cosas, a la ineptitud de los gobernadores “reteapendejados” de Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua y Quintana Roo?; ¿los “azules” acaban de romper el candado para meterse de nuevo a Los Pinos?; ¿los actores políticos se someterán a leyes y tribunales?; ¿tenemos la madurez suficiente para vivir una sana incertidumbre? PUNTO Y APARTE: Desesperante lentitud del PREP. Desesperante también la imprecisión de las encuestas de salida; fueron un desastre; deberían prohibirse.