Según su dependencia a los ingresos petroleros y su exposición a los bajos precios, las secuelas de esta crisis van desde recortes de personal hasta profundas reestructuras. Y todas las consecuencias han sido tomadas en cuenta por las calificadoras y entidades financieras para pintar un panorama en el que Pemex genera los pronósticos más optimistas cuando se le compara con la brasileña Petrobras, la colombiana Ecopetrol, o la venezolana PDVSA.
En ese sentido, Petrobras aprobó un plan de desinversión de 13,700 millones de dólares para el bienio 2015-2016, que incluye la venta de sus activos en Perú, por 2,600 millones de dólares, en Colombia por 380 millones, así como en Argentina y Chile, por 1,380 millones.
Por su parte, el gobierno mexicano efectuó un recorte al presupuesto de Pemex por 100,000 millones de dólares, que reducirá su producción en alrededor de 100,000 barriles diarios, y supondrá una reducción de costos y un aumento de eficiencias que de acuerdo con su director general, José Antonio González Anaya, ascenderá a 28,900 millones de pesos, un replanteamiento de inversiones por 64,900 millones y un ajuste algasto de operación de 6,100 millones de pesos.
Fuente: Economía Hoy