Así lo reflejan en una petición oficial al Parlamento británico que al cierre de esta edición recababa dos millones 765 mil 637 firmas.
Para que una petición entre a debate en el Parlamento basta con 100 mil firmas, aunque ello no garantiza que los legisladores aprueben un segundo referéndum.
Los firmantes exigen que se celebre una segunda consulta siempre que la participación esté por debajo de 75 por ciento o que menos de 60 por ciento de votantes se manifiesten a favor o en contra del Brexit.
La petición estaba en la página en internet del Parlamento británico desde mediados de mayo, pero tras darse a conocer los resultados del referéndum del jueves, el número de firmas subió notablemente.
En la consulta del jueves, la participación se situó en 72 por ciento de los 46.5 millones de habilitados para votar y ganó la opción de separarse de la UE con 52 por ciento de apoyos.
Varios líderes políticos, entre ellos el primer ministro David Cameron, que anunció su renuncia el viernes, dijeron que no es posible celebrar un segundo referéndum.
Además, el legislador laborista David Lammy pidió ayer al Parlamento “detener esta locura” y votar en contra de la decisión del referéndum de abandonar la Unión Europea.
Los Británicos le ponen nombre a su arrepentimiento
A los británicos inconformes con el margen con el que ganó el Brexit se unieron quienes se arrepintieron por haber votado en favor de dejar la Unión Europea.
Muchos de los arrepentidos mostraron su pesar en redes sociales con la etiqueta Bregret, una mezcla de Britain y regret (arrepentimiento).
Otros lo hicieron bajo el hashtag #WhatHaveWeDone (Qué hemos hecho).
“Volvería al local electoral y votaría por quedarnos, simplemente porque esta mañana la realidad se hace más evidente”, dijo una estudiante a la cadena ITV.
Otro votante del “Brexit” dijo a la cadena pública BBC: “No pensé que mi voto tuviera tanto peso, porque creí que de todas maneras nos quedaríamos”.
El reemplazo de David Cameron
David Cameron es el gran perdedor de un referéndum que convocó a iniciativa propia. El primer ministro, de 49 años, hizo una enérgica campaña en favor de la permanencia, pero el estrepitoso fracaso lo llevó a presentar su dimisión. Queda en el cargo hasta que sea nombrado su sucesor en octubre.
Según el sistema político británico, no hacen falta nuevas elecciones legislativas si el partido en el poder cambia de líder en pleno mandato.
Antes de convertirse en jefe de gobierno, el futuro primer ministro debe ser nombrado jefe del Partido Conservador. Una vez se da a conocer la lista de candidatos, los diputados conservadores designan a los dos finalistas, y luego corresponde decidir a los 150 mil miembros del partido.
El nombre del vencedor será anunciado en el congreso del 2 al 5 de octubre en Birmingham, en el centro de Inglaterra. Tras ser nombrado jefe del partido, el nuevo líder es nombrado oficialmente por la reina Isabel II.
Los principales candidatos a sucederlo son:
Boris Johnson: El diputado y exalcalde de Londres de 52 años es el favorito. A bordo de su autobús rojo recorrió de arriba a abajo la campiña inglesa para convencer a los británicos que debían abandonar la UE. Buen orador y dotado de sentido del humor, no cuenta sin embargo con el apoyo de los diputados de su partido.
Michael Gove: El ministro de Justicia, de 48 años, se atrevió a traicionar a su amigo David Cameron para unirse al campo de los anti-UE. Durante la campaña desempeñó el papel de número dos de Johnson. Gove, un intelectual, genera más consenso que su jefe, pero tiene mucho menos carisma. Podría ocupar el cargo de viceprimer ministro.
Theresa May: Ministra de Interior, euroescéptica, sorprendió al aliarse al campo de Cameron y del “sí” a Europa, pero no hizo una campaña activa. Esa estrategia le da ahora a esta veterana política de 59 años la posibilidad de optar a la sucesión.
Otros nombres son los ministros pro-UE Nicky Morgan (Educación) y Stephen Crabb (Trabajo y Pensiones).
Furiosos con los ancianos
La salida de la Unión Europea enfureció a jóvenes británicos, que estiman que se les cerraron las puertas de un continente por lo que consideran el capricho de unos viejos nostálgicos.
En el referéndum del jueves, 73% de los votantes entre 18 y 24 años votó a favor de quedarse en la UE. Entre los mayores de 65 años, ese porcentaje fue del 40%, según un sondeo de Lord Ashcroft.
Pero según la cadena BBC, hay indicios de que los jóvenes fueron a votar en menor proporción que las personas de mayor edad, porque la participación fue inferior en las zonas del país con más jóvenes.
“La generación más joven ha perdido el derecho a vivir y trabajar en 27 otros países. Nunca conoceremos el alcance total de las oportunidades perdidas, las amistades, los matrimonios y las experiencias negadas”, rezaba un comentario del británico Nicholas en el Financial Times, ampliamente difundido en las redes sociales.
Debra McDermott, una empresaria que no quiso dar su edad, explicó que los mayores votaron salir de la UE porque “en los 1970, cuando éramos niños, todo estaba muy bien”.
GOBIERNO DE ESCOCIA INICIARÁ NEGOCIACIONES CON EUROPA
La jefa del gobierno regional escocés, Nicola Sturgeon, anunció ayer que quiere “discusiones inmediatas” directamente con Bruselas y otros países de la Unión Europea “para proteger” su lugar en el bloque.
“El gobierno acordó buscar discusiones inmediatas con las instituciones de la Unión Europea y otros Estados miembros de la UE con miras a explorar todas las opciones posibles para proteger el lugar de Escocia en la UE”, dijo Sturgeon, tras una reunión de urgencia del gobierno regional para analizar las consecuencias de la victoria del
Brexit.
En una intervención ante su residencia oficial en Edimburgo, Sturgeon reiteró que está considerando pedir un segundo referéndum de independencia, después de que el jueves Escocia se pronunciase por seguir en la UE.
“Estamos decididos a actuar decisivamente, pero de un modo que contribuya a la unidad en toda Escocia sobre los próximos pasos a
dar”.
“El segundo referéndum de independencia es claramente una opción que debe estar sobre la mesa, y está sobre la mesa”.
“Para asegurarnos de que tal opción es realizable (…) se tomarán pasos para garantizar que existe la legislación necesaria”, agregó Sturgeon en la conferencia.
La mayoría, en favor de la independencia
Más de la mitad de los escoceses apoya ahora la independencia de su región, tras la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea, según un sondeo publicado ayer.
El sondeo de Panelbase para el periódico Sunday Times indica que 52% de los encuestados quiere romper con el resto del Reino Unido, frente a 48% que se opone a la secesión.
Escocia rechazó la independencia en el referendo de septiembre de 2014.
La encuesta de Panelbase, que entrevistó a 620 adultos el viernes y el sábado, indica que 52% estima probable que Escocia sea independiente en un plazo de cinco a diez años. En abril, sólo el 30% creía en esa
posibilidad.
En el referéndum del jueves, el conjunto de los británicos votó en un 52% en favor de abandonar la UE. En Escocia, en cambio, la opción más votada fue la permanencia, con 62 por ciento.
Fuente: Excelsior